Es un rasgo propio de la adolescencia y por varios factores, como la falta de higiene, los cambios hormonales o por genética. ¿Pero en los adultos? ¿Y en cuarentena? Por Isa Espín
No nos maquillamos, no estamos en contacto con la contaminación… Entonces, ¿por qué nos salen granos durante el confinamiento por el coronavirus? ¿Tiene que ver con la alimentación? ¿Con estar encerrados? ¿Estamos comiendo más chocolate?
En estos días de confinamiento en casa hemos podido experimentar ciertos cambios en nuestra piel y nos han podido salir granitos en la zona facial. Aunque es algo «más frecuente en la adolescencia, puede aparecer durante toda la vida, incluso los bebés pueden tener un tipo de acné llamado acné neonatorum. Se trata de una patología que puede deberse a diferentes factores: genéticos, hormonales, ambientales…», explica el dermatólogo Alejandro Lobato Berezo, del Hospital del Mar-Parc de Salut Mar (Barcelona).
Aprovechando la cuarentena, estamos dando oportunidad a ciertos cosméticos olvidados en el armario y que pueden producir reacción porque el producto tiene un exceso de grasa o por no ser adecuado para nosotros. Al estar todo el día en casa, además, nos tocamos más la cara que de costumbre, haciendo que empeore y dure mucho más tiempo ese odiado granito en la barbilla que parece no desaparecer nunca.
«Hay que lavarse la cara dos veces al día», sostiene el dermatólogo Alejandro Lobato
«No hay ningún consenso ni artículo científico que relacione el aumento del acné con la cuarentena o el confinamiento», mantiene. Durante el aislamiento en casa, lo que ha cambiado es nuestro modo de vida y nuestros hábitos alimenticios, así como la ansiedad y estrés por la situación de incertidumbre por el coronavirus. ¿Y qué podemos hacer al respecto?
Cada cuerpo es un mundo y cualquier cambio se refleja en la piel, aunque «sí es cierto que muchos pacientes acusan un empeoramiento del acné con la ingesta de algunos alimentos como los lácteos, especialmente el chocolate -explica- sin embargo, también existen otras hipótesis sobre cómo algunos alimentos ricos en zinc, ácidos grasos omega-3 o antioxidantes, podría contribuir a una mejora del acné, aunque la evidencia es limitada. El sentido común aconseja reducir el consumo de aquellos alimentos con los que podamos relacionar de forma individual el empeoramiento», insiste.
Por otro lado, el estrés sí puede agravar o desencadenar acné de forma indirecta. «Las hormonas que se liberan en situaciones de estrés (cortisol, testosterona) pueden actuar sobre la glándula sebácea aumentando la producción de sebo y alterando sus características», sostiene Isabel Aldanondo, especialista en Dermatología Clínica y Estética del Grupo Pedro Jaén.
Ni un rayo de sol…
Debido a la cuarentena impuesta por el coronavirus, una de las consecuencias de no salir a la calle es la falta de exposición al sol. Sin embargo, aunque todavía persiste el mito de que tomar el sol elimina o mejora el acné, no es verdad: «Los baños de sol resecan la piel y puede dar la sensación de que los granitos desaparecen, pero la mejoría es transitoria y suele experimentarse un efecto rebote en el que los granos vuelven con mayor virulencia. De hecho, hace años que la fototerapia quedó descartada por este efecto rebote», explica la dermatóloga Bibiana Pérez.
«Todavía persiste el mito de que tomar el sol elimina o mejora el acné, no es verdad», explica la doctora Bibiana Pérez
Los dermatólogos advierten de los riesgos de mantener vivo este mito, ya que aquellos que lo creen cierto toman el sol sin crema protectora pensando que así el efecto será más potente y porque piensan que estos productos aportan grasa, lo que tampoco es verdad.
¡Cuidado con los remedios caseros!
Para el tratamiento y prevención del acné es muy importante las medidas higiénicas como el lavado diario de la cara con agua y jabón, «a ser posible dos veces al día» y evitar el uso de cosméticos y productos hidratantes muy grasos. «Lo recomendable es que sean productos oil-free o no comedogénicos», que son los que evitan la obstrucción de los poros, sostiene Lobato.
A veces el remedio es peor que la enfermedad, hay que tener cuidado con los consejos caseros o de la abuela y la medicina popular. «En ocasiones vemos reacciones irritativas, quemaduras o infecciones como complicaciones de estos auto tratamientos».
Por su parte, el doctor Manuel Fernández, especialista en acné del Grupo Pedro Jaén, insiste en que no hay que caer en la tentación de manipular los granos para hacerlos desaparecer, ya que esto incrementa el riesgo de provocar lesiones en la piel y dejar cicatrices difíciles de eliminar: «Además, tanto si se trata de un recrudecimiento severo de un acné ya existente, como si estamos ante la aparición espontánea de granitos, hay que consultar con un dermatólogo, ya que no todos los granitos son acné».
Si el problema va más allá de un simple granito, todos los expertos coinciden: «Hay que consultar primero con dermatología. Los tratamientos del acné deben individualizarse y adaptarse a cada persona y al tipo e intensidad de acné que presentan».
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