Paulo Coelho no suele hablar con los medios, pero cuando lo hace no tiene pelos en la lengua

• Fue un niño acomplejado, bajito, nada deportista y enfermizo: «Sin músculos, no me queda más que ser un descarriado intelectual».
• En 1972 participó en sectas satánicas y practicó la magia negra. Mató a su gato y con su sangre pintó las paredes de su cuarto para ahuyentar a la muerte: «Es muy importante experimentar ciertas cosas cuando se es joven».
• En tres ocasiones fue internado en centros psiquiátricos, en los que recibió sesiones de ‘electroshock’. La primera vez fue a los 17 años: «Como obtuve pronto el carné oficial de loco, he podido hacer lo que me da la gana».
• En los años setenta fue encarcelado, acusado de ser un activista político contra el capitalismo. Tras su salida de la cárcel fue secuestrado en plena calle y encerrado en un centro militar, en el que sufrió torturas.
• Necesitó tres experiencias homosexuales para convencerse de que era heterosexual: «Era joven y muy curioso: quería estar seguro».