Es el deporte de moda entre las mujeres. Quema calorías, remodela el cuerpo y alivia el estrés. Asistimos a una clase de ‘kick-boxing’ con Pilar Rubio (vídeo) para descubrir cómo encaja los golpes… dentro y fuera del ‘ring’. Por Raquel Peláez
Solo el calentamiento ya es como una clase completa de cualquier otro deporte. Es tan duro que ya estás muerto», bromea Pilar Rubio para explicar cómo empieza una de sus clases de kick-boxing. Desde hace trece años, la colaboradora de El hormiguero practica este deporte de contacto que mezcla técnicas de boxeo con artes marciales como el kárate. Pareja del futbolista Sergio Ramos y con tres hijos (el último de siete meses), Pilar se ha hecho especialista en una disciplina cuyos practicantes son considerados una competencia muy temida por sus rivales debido a su alta capacidad para aguantar los golpes.
XLSemanal. El kick-boxing se ha convertido en el deporte favorito de muchas mujeres, qué tiene de especial?
Pilar Rubio. Es muy completo. Quema calorías y contornea la figura. Además, es un ejercicio aeróbico pero no daña el suelo pélvico con impactos, como la gente que se machaca con el running. A mí siempre me han dicho que no soy muy rápida en esto, que soy más como Terminator: voy sólida, pero segura.
XL. ¿Eso dicen sus contrincantes?
P.R. Ahora no entreno con otros compañeros, solo con mi sensei, David Domínguez, porque no tengo tiempo de ir a una clase a horarios fijos. Pero hace trece años, cuando empecé, sí luchaba contra mis compañeros. De hecho, me gusta más pelear con chicos porque con las chicas me da más miedo hacerles daño. Con un chico no me corto.
XL. ¿Cómo se animó a practicarlo?
P.R. Tenía que prepararme para una película y necesitaban que estuviese muy ‘seca’.
XL. Miedo me da preguntar qué es eso…
P.R. [Se ríe]. Se referían a que debía estar muy tonificada y marcada. Era para un papel en la película Isi/Disi y tenía que hacer algunos movimientos de artes marciales y dar unas cuantas ‘leches’. Como no me daba tiempo a ponerme grande, me dijeron: «Vamos a secarte y a practicar kick-boxing». A partir de ahí le cogí el gustillo.
XL. Debe de dar mucha seguridad eso de saber dar una buena ‘leche’…
P.R. Hombre, sí, pero en una situación peligrosa yo lo que haría es salir corriendo, no me enfrentaría nunca. También es verdad que algún día me gustaría pegar un puñetazo, pero no puedo [se ríe].
«Por quejarme no me va a doler menos, así que encajo bien los golpes. Este deporte me ha hecho más dura»
XL. ¿Descartamos entonces que lo haya hecho fuera del ring?
P.R. Nunca, nunca. Yo me vengo arriba cuando estoy entrenando, pero cuando salgo floto. Nada me enfada y nada me pone de mal humor. Después de hacer kick-boxing, no tengo ganas de pegarme con nadie. Antes sí. Era más agresiva cuando no lo practicaba.
XL. ¿Ha recibido muchos golpes?
P.R. Sí, pero por quejarme no me va a doler menos, así que los encajo. Cuando empecé, mi sensei me dio una patada en las costillas durante un entrenamiento. Al día siguiente le conté que no podía ni respirar. Me cogió del brazo y me dijo: «Todos tenemos problemas. Venga, ponte a correr». Eso me hizo muy fuerte y muy dura. Desde entonces, nunca he ido a un trabajo a quejarme.
XL. ¿Durante los embarazos dejó de practicarlo?
P.R. Sí. Puedes hacerlo, pero yo prefiero no arriesgarme. He dado a luz hace siete meses y lo acabo de retomar.
XL. ¿Hacía algún otro ejercicio?
P.R. Entrenamiento funcional con fitball, gomas elásticas… Todo muy suave y sin crear mucha presión en el abdomen. Lo que no hay que hacer es estarse quieta y comer. Hay mujeres que cogen veinticinco kilos, que a lo mejor no es necesario. Las que cogen tantos kilos es porque comen cosas que no deben.
«Empezamos siempre con calentamientos y estiramientos y luego hacemos ejercicio aeróbico para poder estar preparados y empezar a golpear», cuenta Pilar Rubio.
XL. ¿Y qué tal llevó las críticas que le hicieron durante su embarazo? Juzgaron incluso uno de sus vestidos ajustados.
P.R. Ah, sí, recuerdo aquella cosa absurda. Precisamente un vestido elástico, que era lo que yo llevaba, me recoge más la tripa. Muchas veces he llevado cinturón pélvico para que me sujetara la barriga y el vestido elástico hace el mismo efecto, recoger, y de hecho es beneficioso. Es que criticar es gratis y la ignorancia es muy atrevida.
XL. Criticaron también que volvió a El hormiguero antes de que se le terminara la baja por maternidad.
P.R. Ya, pero es que yo soy autónoma. No todo el mundo es funcionario y no todo el mundo tiene las mismas condiciones laborales. Yo decido cuándo me incorporo a trabajar y tengo mis razones personales para hacerlo. Y creo que eso se tiene que respetar, igual que una mujer que quiere estar seis meses o un año, o dar el pecho hasta los tres.
XL. ¿Se ha sentido muy juzgada en ese sentido?
P.R. No. Con vivir mi vida tengo suficiente. No puedo preocuparme de lo que digan los demás. A una
madre no se la puede juzgar porque todas intentamos hacerlo lo mejor posible.
«No tengo nada planeado para mi boda porque no es solo mi opinión. Pero, si no hay algo de ‘rock’, no me caso»
XL. Pero lo cierto es que esos juicios existen. No hay más que poner su nombre en Google…
P.R. Sí, pero quizá todas estas que reclaman la igualdad o el feminismo en plan radical tendrían que apoyar al resto de las mujeres, que hagamos una piña y a partir de ahí se podrá construir algo bueno. También veo que muchas madres que critican a otras porque no están con sus hijos debido a que están trabajando, a lo mejor, en vez de estar criticándolas por las redes, deberían estar cuidando de sus hijos. O a lo mejor es que les sobra el tiempo, porque, si están tan ocupadas, ¿qué hacen en Internet?
XL. Porque todos esos haters que la critican en las redes ¿luego en persona también lo hacen?
P.R. No, qué va. La gente por la calle es supercariñosa. Seguro que habrá haters, pero yo no lo veo tanto en mis redes. Veo mucho apoyo. De verdad que las redes son muy positivas para mí.
XL. En el programa sobre su día a día que emitió Fox se la veía todo el día corriendo de un lado a otro. Pero ¿qué vida lleva?
P.R. Pues esa. No paro. Intento entrenar a las siete de la mañana, antes de que se levanten los niños. Después llega el desayuno, vestirlos, llevarlos al cole y luego me voy a El hormiguero a ensayar o llevo al bebé al médico o hago la compra… También tengo que dedicarle tiempo al blog.
XL. ¿Y le sigue dando tiempo para su hobby, los conciertos de rock?
P.R. Sí, de hecho, mis escapadas siempre suelen ser para eso.
XL. El año pasado incluso cumplió el sueño de subirse al escenario con Obús.
P.R. Son amigos desde hace años. Yo canto fatal, pero fui feliz de poder estar ahí con ellos. Es que al final es el ambiente en el que yo me he movido desde que tengo quince años.
XL. ¿Y les ha pedido ya que actúen en su boda?
P.R. No te lo vas a creer, pero todavía no sé lo que voy a hacer. No tengo nada planeado. Tengo ideas en la cabeza muy de mi estilo, pero no sé en qué acabará esto porque no es solo mi opinión.
XL. Pero algo de rock habrá en esa ceremonia, ¿no?
P.R. Sí, claro. Si no, no me caso.
Los beneficios de practicar ‘kick-boxing’
- Quema calorías. «Es uno de los deportes que más grasa queman porque mezcla el ejercicio anaeróbico (basado en la fuerza) con el aeróbico, que trabaja más la parte cardiovascular», asegura el profesor de kick-boxing David Domínguez.
- Trabaja todo el cuerpo. «A las mujeres les gusta porque modela y te pone muy fuerte, pero no musculada», continúa el profesor.
- Aumenta la capacidad de autoestima. «Te enseña a defenderte y, aunque no lo tengas que usar, ya solo la actitud es una defensa. Los ‘malos’ huelen el miedo», concluye.
Estilismo: Verónica Suárez
Maquillaje y peluquería: Alba Nava
Agradecimientos: Club Fajador (Calle del Gral Oraá, 47, madrid)
Ropa de entrenamiento de Calvin Klein, Elisabetta Franchi y Oysho
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