Alessandra Osma: «Todavía no logro descifrar a la mujer española»
Empresaria de moda, la princesa Alessandra de Osma posa para ‘XLSemanal’, de la mano de Woman Limited El Corte Inglés, y nos habla de su nueva vida tras su boda con Christian de Hannover. Por Raquel Peláez / Estilismo: José Herrera / Foto: Mario Sierra
«Las niñas ya no quieren ser princesas», decía Sabina. O sí. Depende de si hay entrevista de por medio. En el caso de Alessandra de Osma (Perú, 31 años) o Sassa, como la conoce todo el mundo, hay ciertas cuestiones que ni siquiera se pueden tocar. Ser la mujer de Christian de Hannover, el segundo hijo de Ernesto de Hannover, conlleva una responsabilidad que pasa por mantenerse alejada de la polémica. Mencionar a su marido o a la ex de su suegro, la princesa Carolina de Mónaco, requiere una explicación previa para poder seguir adelante.
Hija del empresario peruano Felipe de Osma y de la modelo Elisabeth Foy, Sassa vive en el madrileño barrio de Salamanca y es lo más parecido a la imagen que podríamos tener de una princesa millennial: es abogada y tiene un negocio relacionado con la moda, se mueve por Madrid en moto y combina perfectamente unas sneakers desgastadas con un vestido de fiesta. Un año después de su boda con el príncipe de Hannover, un evento que reunió en Lima a parte de la alta sociedad de su país con miembros de la realeza y la jet set europea, Sassa nos cuenta cómo le va en su nueva vida.
XLSemanal. Qué es lo más emotivo que recuerda de aquel día?
Sassa de Osma. Lo mejor fue ver a toda mi familia y amigos juntos en un acto tan importante: casarme con la persona de mi vida. Yo había conocido en Europa a mucha gente y me apetecía que vinieran a ver una parte de mí en Lima y poder enseñarles mi país.
XL. Además, eligió como escenario de boda un lugar muy especial en Lima…
S.O. Sí, el Museo de Pedro de Osma, en Barranco, que es el sitio donde yo crecí. Es un barrio bohemio, con casonas antiguas de principios del siglo pasado. Cuando yo era pequeña, no era tan tranquilo como ahora. Había mucha más bulla y estaba todo lleno de grafitis. Era como vivir en el Chueca de ahora en Madrid.
«San Sebastián, con ese olor a mar, me recuerda a Lima»
XL. ¿Cómo fue criarse al lado de un museo?
S.O. Una suerte. Yo vivía en una casa que quedaba cerca y usaba los jardines y los alrededores del museo para jugar. Aunque ahora estoy más metida en el mundo de la moda, el arte siempre me ha despertado mucha curiosidad.
Vestido y pantalón, de Woman Limited de El Corte Inglés; AROS, de Tous; y sandalias, de Stuart Weitzman
XL. ¿Y cómo es el día a día de una princesa en el siglo XXI?
S.O. Pues igual que el de cualquier madrileña emprendedora, que tiene su rutina de trabajo: por la mañana me tiro cuatro horas gestionando e-mails y organizando cosas de trabajo. Luego suelo ir a alguna cafetería a comer algo con una amiga y por las tardes hago deporte. Me gusta mucho pilates y ahora me llama la atención el yoga.
XL. Y se mueve en moto…
S.O. Sí… vamos… me movía. Ahora ya no porque me han robado ya dos veces la moto [se ríe]. En una esquina de mi barrio y en el mismo mes. Así que ahora me muevo caminando.
XL. Qué tal se manejaba conduciendo por la ciudad?
S.O. Genial. No me da nada de miedo. La gente realmente respeta las normas de tráfico, no como en Lima [se ríe].
Camisa y pantalón, de Woman Limited de El Corte Inglés; pulsera y pendientes, de Tous; y sandalias, de Tod’s
XL. Acostumbrada al tráfico de allí, las quejas de los madrileños le parecerían de risa, claro…
S.O. Es que, para empezar, en Madrid no hay tráfico [se ríe]. El peatón puede caminar tranquilo y no con la sensación de que alguien pueda embestirlo y matarlo [se ríe].
XL. ¿Ha cogido también bicis o patinetes?
S.O. Sí, claro. El problema es que las sacaron y luego las volvieron a poner, pero me divierte, sí.
XL. ¿Y cree que Madrid Central ha venido bien?
S.O. Bien, yo creo que al final este tipo de medidas favorecen al peatón y como yo no tengo auto…
Mono negro de Woman Limited de El Corte Inglés; y colgante, de Tous
XL. ¿Cuáles son sus planes de futuro aquí? ¿Tiene previsto abrir algún negocio de moda?
S.O. En este momento estoy centrada en la tienda multimarca que tengo en Lima y en mi marca de bolsos MoiandSass. Es complicado abrir aquí una tienda de ese estilo porque creo que, para hacerlo, debes conocer muy bien el mercado y saber lo que la clienta quiere. Y yo todavía no logro saber descifrar a la española: qué es lo que le gusta, qué le parece cool…
XL. Su madre era modelo, ¿cuál es el mejor consejo que le ha dado?
S.O. Ella siempre me ha inculcado una idea: «Sé auténtica y sé tú misma». Y, aunque sé que suena a cliché, ella me decía que la belleza realmente nace desde dentro porque no es eterna. Por eso hay que cultivar siempre el mundo intelectual y el arte.
Top lencero, chaqueta y falda plisada, de Woman Limited de El Corte Inglés
XL. La prensa habla de usted como un icono de estilo. Incluso la comparan con Carolina de Mónaco o Grace Kelly.
S.O. Honestamente, no siento que soy un icono de estilo. Me parece halagador que haya quien lo considere, pero cuando me visto no pienso en eso. Todas las mujeres sabemos cuáles son nuestros puntos a favor y eso es lo que trato de realzar. También es importante estar cómoda porque, si no, se te pone cara de sufrida [se ríe]. La elegancia no está en cómo te vistes, sino en lo que proyectas con tus gestos y tus formas, no de qué marca te vistes.
«Me gustaría inculcar a mis hijos una religión porque a los niños hay que guiarlos por ciertos caminos»
XL. La han descrito como una princesa millennial, qué valores comparte con su generación?
S.O. Me identifico con la importancia que le damos al equilibrio: entre la vida personal y la profesional, entre el trabajo y, en un futuro, formar una familia, entre salir de noche y hacer deporte… Para estar bien, debes sentirte en paz con tu mente y eso solo se consigue a través del equilibrio. Hay que buscar formas de encontrarlo con prácticas como yoga o pilates, correr maratones, pintar o meditar.
XL. ¿Es usted una persona muy espiritual?
S.O. Rescato mucho de muchas religiones. Últimamente me ha dado por ir los domingos a misa. Yo me he criado en la religión católica, pero también me gusta meditar. Leo sobre las teorías orientales acerca de la espiritualidad y lo que sucede cuando dejamos este mundo físico. ¿Y sabes de lo que me he dado cuenta? De que todas dicen prácticamente lo mismo. Voy cogiendo partes de cada una.
XL. ¿Qué valores le gustaría trasmitirle a sus hijos?
S.O. Definitivamente sí que inculcaría a mis hijos una religión, porque creo que a los niños hay que guiarlos por ciertos caminos. Luego ya cada uno, cuando crezca, podrá elegir lo que quiera. Yo, que he crecido con una religión, lo agradezco: ese sentido de pertenecer a unas creencias. Luego pueden cambiar y, de hecho, yo he ido evolucionando y sacando muchas enseñanzas de otras religiones. Y por momentos uno se aleja, luego regresa. Es parte del camino. Pero al menos tener una base espiritual.
«La elegancia no está en cómo te vistes, sino en lo que proyectas con tus gestos y tus formas»
XL. ¿Qué es lo que más echa de menos de su tierra?
S.O. Muchas cosas. Para empezar, mi familia y amigos, la comida. El otro día estuve en San Sebastián por primera vez y ese olor a mar es similar al de Lima.
XL. ¿Y cómo conviven en su casa de Madrid las tradiciones peruanas y las alemanas de su marido?
S.O. Lo que se ha heredado de Alemania es el tema de la puntualidad y de Perú, la comida. Normalmente intentamos cocinar. Ah, y también la música latina. Eso no puede faltar.
XL. Uno de sus autores favoritos es Vargas Llosa. ¿Lo ha conocido ya?
S.O. Sí, y es fantástico. Yo tenía mucha curiosidad porque creo que conozco a la persona en la que se inspiró para Las travesuras de la niña mala. Le pregunté si era esa persona, pero no me contesto ni sí ni no.
XL. Pues eso parece un sí…
S.O. Nunca lo sabremos [se ríe].
XL. ¿Qué planes tiene para verano?
S.O. El año pasado nos fuimos a Sri Lanka, así que este año nos vamos a quedar en Europa. Siempre intentamos ir a la playa a algún destino como Baleares, Portugal o Grecia.