Madrid, 1979. Soy actriz y represento en el Teatro Español ‘Ecos’, sobre dos británicas -una musulmana y una cristiana-, separadas por dos siglos, que coinciden en una piscina abandonada. Por Virginia Drake / Foto: Javier Ocaña

XLSemanal. ¿Qué une a estas mujeres?

Silvia Abascal. Que viven bajo la visión de un imperio, de los hombres y de la religión, y luchan por su dignidad.

XL. Dos siglos las separan y luchan por el mismo problema.

S.A. Sí. Cambian las formas, pero no el fondo: la dignidad de la mujer, la desigualdad… Es increíble que debamos reivindicarlas todavía. Me agota y enfada.

XL. Y como telón de fondo, dos religiones…

S.A. Sí, también se habla de cómo estas religiones -en ambas hay de todo- manipulan a las personas.

XL. Pero respecto a la igualdad hemos cogido velocidad estos últimos años, ¿no?

S.A. La voz está más presente, sí. Y me gusta la diferencia entre hombres y mujeres porque no somos iguales, excepto en los derechos y oportunidades: ahí sí que hay que exigir la igualdad.

XL. ¿Ha experimentado la brecha salarial?

S.A. Sí; sobre todo en las series, aunque no en todas: en una misma dimensión de personaje, el actor gana más que la actriz.

XL. ¿Eso no ocurre en el teatro?

S.A. No tanto; o quizá en el teatro no me entero de lo que cobran los demás [ríe].

XL. Hasta el 1 de diciembre estará en el Teatro Español, ¿y luego?

S.A. Gira nacional e internacional. Me hace ilusión porque es la primera vez que haré gira fuera de España.

Silvia Abascal: "La maternidad es una salvajada, nada que ver con lo que se ve en Instagram"

XL. ¿Trabaja todo lo que quiere?

S.A. Ahora sí. Empecé a los 14 años, de niña poseída en el Un, dos, tres…, y desde entonces no me ha faltado trabajo. Paré por el incidente que tuve (un ictus) y ahora he bajado el ritmo porque el cuerpo me pide estar en el nido. Por eso, cuando decido aceptar un trabajo, lo disfruto mucho y me tiro de cabeza.

XL. Su hija, Leona, tiene un año. ¿Le sigue pareciendo tan dulce la maternidad?

S.A. La maternidad es una salvajada, en lo bueno y en lo malo, que nada tiene que ver con lo que se muestra en Instagram. No soy de dar consejos, pero a la que no lo tiene claro le diría que no lo hiciera; para esto hay que estar convencida no, lo siguiente: la voltereta es enorme.

XL. El ictus también le cambió la vida.

S.A. ¡La maternidad, más! Empezar de cero no fue fácil, pero mis valores no cambiaron. Con mi hija no he vuelto a ser yo prioritaria en ningún momento, ahora todo pasa primero por ella.

XL. ¿Tiene ahora ruidos en la cabeza?

S.A. Los acúfenos siguen ahí, sí. Solo al dormir desconecto, aunque a veces sueño con ellos. La presión del sonido me desgasta y consume, por eso estoy tan delgada. Pero con todo lo que he pasado… ¡me encuentro tan bien!

Desayuno: con prisa, sin kiwi…

Silvia Abascal

«Una tostada con aceite de oliva, tomate y jamón. Un zumo de naranja y un manchadito. Si tengo tiempo, también algo de fruta: me encantan los kiwis».

 

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