Ciudad Real (1977). Soy licenciado en Bellas Artes, pero me dedico al trabajo de actor y director de cine. Acabo de estrenar ‘Malasaña 32’, una película de terror patrio para ‘gourmets’ de este género. Por Virginia Drake / Foto y vídeo: Javier Ocaña
XLSemanal. Nació con el síndrome de Marfan. Sus brazos, piernas y dedos crecieron una barbaridad; y su cuerpo, tan singular, lo llevó al éxito.
Javier Botet. Vi muy claro que tenía un cuerpo perfecto para el cine de terror. Mi cuerpo me ha ayudado a cumplir mis sueños, de niño quería ser actor.
XL. Recuerda a las esculturas de Giacometti por su extrema delgadez, cuánto mide y cuánto pesa?
J.B. Mido algo más de dos metros y peso 56 kilos, no hago nada de ejercicio y como de todo. Yo veo la belleza de mi cuerpo, lo que pasa es que no es la clásica. Antes tenía más desconfianza y complejos, pero que se valorase mi trabajo me ayudó a nivel personal.
XL. ¿De niño le gustaba el cine de terror?
J.B. Sí; lo que más me gustaba era el monstruo, quizá porque me sentía diferente, peculiar; tenía obsesión por que los alienígenas vinieran a verme y dejaba las ventanas abiertas.
XL. En 2005 debutó en el cine de terror con Beneath still waters, de Brian Yuzna.
J.B. Y, desde entonces, los maquilladores empezaron a echarme el ojo para hacer de monstruo en otras películas. Llevo siete años sin parar de trabajar.
XL. Sí, es el actor español que más trabaja y al que menos reconocen por la calle…
J.B. Trabajo sobre todo a nivel internacional, llego a hacer hasta nueve películas al año; aunque, de vez en cuando, me reconoce alguien en un bar y me pide una foto [sonríe]. Pero cuando veo en mis amigos el precio de la fama pienso que no la quiero para mí.
XL. Su nombre figura en más de 120 créditos de cine y series (REC, It, Alien, Mamá, Juego de tronos, Star Trek...).
J.B. Sí, aunque ahora eso va a calmarse: me apetece elegir y cambiar el ritmo. La vida del actor es muy bonita, pero me la paso viajando y noto mucho la soledad, echo en falta un hogar.
XL. ¿Lo veremos más en filmes españoles?
J.B. Yo quiero trabajar más aquí y me gusta mucho la comedia, pero por ahora seguiré tres meses en Los Ángeles, por una serie de terror para Amazon.
XL. ¿Ha elegido una película de terror, Malasaña 32, para trabajar sin maquillaje y sin ser el monstruo?
J.B. En Malasaña 32 hay truco y juego un poco al despiste con el espectador.
XL.¿ Y los políticos españoles dan miedo?
J.B. Políticos terroríficos hay en todos los sitios. Aquí tenemos más desastre que en Estados Unidos, porque allí están más ordenados: pero para mal. Espero que aquí no esté todo perdido [sonríe]. Hay que vivir fuera para apreciar el país tan maravilloso que tenemos.
Desayuno: ni agua…
«No desayuno, será que el sueño me alimenta. Empiezo a comer a las 14. Y alguna vez, si me cuesta dormir, me levanto en mitad de la noche a recenar».
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