Buenos Aires, 1974. Soy actriz o, por lo menos, lo intento. Sigo en ‘Señoras del (h)AMPA’ (Telecinco) y en ‘Vergüenza’ (Movistar+), que en esta tercera temporada torna del humor al ‘thriller’… Por Virginia Drake / Foto y vídeo: Javier Ocaña
XLSemanal. La suya es una familia muy apañada: tres actores -su padre, Héctor; su hermano, Ernesto; y usted- y una psicoanalista, su madre.
Malena Alterio. ¡Es perfecto! [Ríe]. Mi madre es la pieza básica que hace que nos mantengamos medianamente equilibrados. Es un pilar muy potente.
XL. Las plataformas digitales han aumentado el trabajo para los actores.
M.A. Sí, gracias a ellas estamos en un buen momento creativo. Somos más libres y hay mucho más trabajo, pero no sé si se están abaratando demasiado las producciones. Entiendo que sí, que a veces se trabaja a precio de saldo.
XL. ¿A usted le pasa?
M.A. A mis representantes los llaman y les dicen: «Queremos a Malena, pero no tenemos presupuesto, tenéis que comprenderlo.». Nunca he conseguido una producción en la que haya podido pedir lo que quiero [sonríe].
XL. Su matrimonio con Jesús (Javier Gutiérrez) se empieza a complicar aún más en esta terceratemporada de Vergüenza.
M.A. ¡Mucho! Si antes todo quedaba en pasar vergüenza en el entorno familiar, ahora sus meteduras de pata nos involucran a todos a nivel nacional.
XL. ¿Hay mucho metepatas por el mundo?
M.A. ¡Sííí! Y la peculiaridad del metepatas es que no es consciente de que la mete. La vergüenza la sufren más quienes lo rodean. Encima de metepatas, no sienten pudor ni sufren.
XL. ¿Su última metedura de pata real?
M.A. Hace poco, en una clase de bikram yoga. Le pedí una goma de pelo a una chica que no tiene un solo pelo en la cabeza. Al mirarla y darme cuenta, no sabía cómo disculparme. Fueron unos segundos terribles, pero ella se lo tomó con humor y le quitó importancia.
XL. ¿Hemos dejado de ser las mujeres el objetivo fácil de los chistes?
M.A. Antes eran las mujeres, los negros, los mariquitas y las suegras. Ahora, el abanico se ha ampliado y las mujeres cuentan chistes de hombres torpes, patosos, ridículos.
XL. ¿Le suelen hacer gracia los chistes?
M.A. Los absurdos son los que más gracia me hacen, los que no tienen lógica, porque me descolocan. Pero no soporto a los que se ríen de sus propios chistes. Últimamente hay muchos cómicos que se ríen todo el rato mientras los cuentan, y eso me cansa.
XL. ¿En casa es tan dulce como parece?
M.A. Depende de cómo me pilles [ríe]. En general soy tranquila y afable, pero a veces se me cruza la nube negra por la cabeza. Solo una vez al mes, ¡jajaja!
Desayuno: muy digerible
«Un café con leche y una tostada de pan de espelta -porque se digiere muy bien-con aceite de oliva, rodajas de tomate y unas lonchas de pavo o de jamón».