Malagueño, 36 años. Hago música con piano y estoy dándole vuelta a las orejas de la gente con mi canción ‘Mariposas’. Este verano salgo de gira con mi álbum ‘Unikornio, 11 millones de versos después de ti’. Por Virginia Drake / Foto y vídeo: Javier Ocaña
XLSemanal. ¿Dónde está confinado?
Pablo López. En mi estudio de Madrid, donde he pasado estos meses. Al revés que otros músicos que tienen el estudio en su casa, yo tengo mi casa en el estudio [ríe].
XL. Y con jardín.
P.L. Sí, he tenido la fortuna de respirar al aire y de mirar al cielo.
XL. ¿Ha estado solo estos meses?
P.L. No, tengo una compañera de vida, que, además, trabaja conmigo, y que está pendiente de que no se me caigan las manos al suelo: soy un poquito desastre.
XL. Ya… Le han hecho la cama y la comida…
P.L. Sí [ríe]. Yo no he cocinado nada porque también ha estado aquí mi hermano Luis, que es un gran cocinero.
XL. Lo ha pasado estupendamente: con novia, hermano chef.
P.L. [Interrumpe] No, novia no; ella es mi asistente personal realmente, pero es amiga también. El caso es que los dos son extraordinarios cocineros, por desgracia para mi línea.
XL. Entonces, ¿tienen razón quienes dicen que en la Gala 11 de Operación Triunfo estaba más… fuerte?
P.L. Menos mal que no he visto esas cosas porque me pego un tiro. ¡Jajaja! Pero sí a lo mejor me he pasado un poco.
XL. ¿Qué ha ocurrido con su gira?
P.L. Pues que se ha parado y que vuelvo con ella a finales de este mes, pero al aire libre y con aforo limitado. Un adelanto de lo que será la de 2021.
XL. Ha dicho: «Quiero ser una polilla, una mariposa con las alas rotas». ¿Estas cosas se le ocurren a usted solo?
P.L. [Ríe]. La imperfección es de las cosas más hermosas que tiene el ser humano. Yo me he enamorado muchísimo de las imperfecciones.
XL. ¿Cuál es la que más lo enamora?
P.L. ¡La canallería! Soy un poquito canalla, pero simpáticamente. Sé amar, pero con amor del que duele. Querer mucho puede ser contraproducente.
XL. ¿Pero usted no estuvo 12 años con una novia que era campeona de gimnasia, luego lo dejaron y hace poco han vuelto…?
P.L. ¿Ehhh? Mmm. Eso no viene al caso, ¿no? Yo lo evitaría, eh… [ríe].
XL. Pero si lo cuentan muchas revistas…
P.L. Pero yo no suelo hablar de eso.
XL. ¿Tiene un psicólogo de cabecera?
P.L. ¡Joder! ¿Uno? Los músicos somos patológicamente inestables y adictos a la droga del escenario. Cuando pruebas ese tren hermoso, te enganchas y ya no te abandona: lo necesitas como respirar.
XL. Por cierto, ¿le ayudó el psicólogo a elegir el título de su disco?
P.L. ¡Jajaja! Me colgó el teléfono en cuanto se lo dije.
Desayuno: No me lo salto nunca
«Unas tostaditas con salmón (a veces echo también cebollitas). Café solo, o con hielo, y zumo de naranja. Me gusta mucho desayunar a la hora que sea».
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