Montevideo (Uruguay), 1962. Soy escritor y gestor cultural y dirijo el taller ‘Yoquieroescribir.com’. Publico ‘El mercader de la muerte’ (Suma), una novela sobre un misterioso traficante de armas… Por Virginia Drake / Foto y vídeo: Javier Ocaña
XLSemanal. ¿Sir Basil Zaharoff existió?
Gervasio Posadas. Sí; lo descubrí releyendo La oreja rota de Tintín. Empecé a investigar y resultó ser real.
XL. Es un traficante de armas que escribe sus memorias, algo que inquieta a muchos.
G.P. Porque estaba detrás de todas las guerras y tenía información muy peligrosa, vendía armas a unos y otros.
XL. De nuevo aparece un personaje que ya conocemos: José Ortega.
G.P. Ortega es un aprendiz de periodista que esta vez viaja a Mónaco con la intención de entrevistar a Alfonso XIII, porque cree que se encuentra allí en el exilio, pero termina trabajando para Zaharoff en el Hotel de París sin saber que se trata supuestamente de uno de los hombres más malvados del mundo.
XL. Que amaba la guerra como un mal necesario y que pensaba que cierto grado de corrupción dinamiza la economía.
G.P. Sí, creía que la corrupción engrasaba los estados burocráticos y que las armas de destrucción masiva traerían la paz. Esta es una teoría de Alfred Nobel, la de la mutua destrucción asegurada: el día que los ejércitos puedan aniquilarse licenciarán a las tropas.
XL. ¿Es cierto lo que cuenta de los Grimaldi?
G.P. Sí. Tenían dos maldiciones: ninguno podía ser feliz en su matrimonio y entre ellos había muchas rencillas. Carlota, la abuela de Carolina, prefería a sus perros antes que a sus hijos y decía que todos los Grimaldi odiaban a sus padres. De hecho, Rainiero, su hijo, la definía como una amiga lejana.
XL. Carlota, una de sus protagonistas, decía: «Los aristócratas somos herederos de grandes delincuentes del pasado».
G.P. Y es verdad, la mayoría de los reyes tienen un antepasado asesino en la familia; piensa en Ricardo III [ríe].
XL. ¿Conoció a algún Grimaldi?
G.P. Sí a Carlota, la hija de Carolina. La conocí en un festival y me contó que su bisabuela era muy divertida porque hacía lo que quería, no como su abuela Grace, que hacía lo que le mandaban.
XL. ¿El Mónaco de Zaharoff se parece al de Corinna Larsen?
G.P. No, tenía un cierto glamour, a caballo entre la belle époque y la época de Grace Kelly, menos aparatoso y hortera que el de hoy, aunque sigue siendo un sitio curioso en el que se huele el dinero.
XL. Con su hermana Carmen, dirige un taller de escritura. ¿Cómo son sus alumnos?
G.P. En diez años hemos tenido más de cuatro mil de todo tipo: desde un preso de ETA que estaba en una cárcel a un arzobispo del Vaticano. Mucha gente quiere escribir la historia de su vida.
Desayuno: sabor mediterráneo
«Alguna pieza de fruta, normalmente kiwi. Una tostada de pan, de trigo sarraceno preferentemente, con jamón o con pavo y aguacate. Y un té verde».
