¿Qué alimentos nos ayudan en nuestra puesta a punto? El chef y la nutricionista de SHA Wellness Clinic tienen la respuesta. Texto y fotos: Daniel Méndez
Después del cerebro, el estómago es nuestro órgano más importante. «Somos lo que comemos», dice con rotundidad y un fuerte acento francés el chef Lixi Lineas. Él se encarga de alimentar a los huéspedes de SHA Wellness Clinic, una clínica de bienestar ubicada en la bahía de Altea, entre las aguas del Mediterráneo y el Parque Natural de Sierra Helada. Allí se cuida la salud combinando terapias naturales con una nutrición terapéutica y la medicina preventiva. Hablamos con el chef y con Kamila Cheikh, experta en nutrición del centro, para que nos recomienden seis alimentos para cuidar nuestra salud. «Somos más que una clínica: enseñamos a nuestros huéspedes a cambiar los malos hábitos de la vida», explica el chef. Más de cincuenta mil han participado en alguno de los programas de salud del centro (de adelgazamiento, de recuperación de sueño, detox…) en los últimos diez años. Aquí van algunos de los ingredientes básicos de su dieta.
ALGA ‘HIZIKI’
Hizikia fusiformis es el nombre científico de esta alga que crece en las costas rocosas de Japón, Corea y China. Dicen en el país nipón que ayuda a evitar las canas y es rica en fibras y minerales esenciales como el calcio, el hierro y el magnesio.
«¡La mayor concentración de calcio no está en la leche, sino en esta alga! -comenta el chef Lixi Lineas-. Y ayuda a la hidratación y equilibra la acidez».
‘MOCHI’
El shiratamako es una harina de arroz glutinoso que se emplea para la elaboración del mochi. Se usa en confitería -para la elaboración de wagashi o mochigashi– o para las bolas de helado tan de moda ahora. Pero también en sopas. «Es un buen sustituto del pan», explica Lixi. «Tiene un efecto saciante, pero sin gluten: perfecto para los que tengan intolerancia. Perfecto en casos de molestia estomacal, diarrea o difícil digestión», añade.
SETA ‘SHIITAKE’
Take significa ‘seta’ en japonés y shii es un tipo de roble sobre el que suele crecer esta seta consumida en China, Japón y Corea. Rica en hierro, fósforo, magnesio, yodo, calcio, vitaminas…, pero sobre todo es la seta cultivada con un mayor aporte de fibras y ayuda al desarrollo de bacterias intestinales beneficiosas. «Contribuye a eliminar el exceso de proteína y grasa animal en el cuerpo de personas que comen mucha carne».
COL
«Col rizada, lombarda, col china… ¡Todas las coles del mundo, como cualquier verdura de hoja verde, tiene un gran aporte de vitamina C y propiedades antioxidantes!», explica el chef Lineas.
La nutricionista Kamila Cheikh añade: «Producen un efecto saciante porque contiene altas cantidades de fibra. Estimulan la actividad intestinal y evitan el estreñimiento».
TOFU
Semillas de soja, agua y coagulante. El sustituto más común de la carne «es una fuente de proteínas vegetales, con un alto contenido en aminoácidos esenciales que ayudan a la digestión. También resulta una excelente fuente de hierro, calcio y otros minerales, como el magnesio, el selenio y el fósforo, y de vitaminas A, B1… Aporta beneficios a nivel general y estomacal y estabiliza el nivel de acidez de nuestro cuerpo», asegura Lixi Lineas. ¿Alguien da más? Sí, Kamila Cheikh: «Es un alimento de gran aporte proteico que favorece la actividad muscular de un modo más completo que las proteínas de origen animal».
‘SHIRO MISO’
«Hay muchos tipos distintos de miso. Nosotros usamos sobre todo el shiro miso con una fermentación de unos dos años. Las fermentaciones más largas, de cuatro años, son más apropiadas para países más fríos». Defiende, en cualquier caso, los beneficios de los alimentos fermentados.
«El miso, pero también el chucrut, los encurtidos de rábano o pepinillo…». Kamila Cheikh lo define como «una de las estrellas de SHA Wellness Clinic. Al ser fermentado, ayuda a nivel intestinal y, además, aporta vitaminas como ácido fólico, magnesio… Y tiene un poder antioxidante muy alto». Lo recomienda la nutricionista para quienes practican deporte de alta intensidad, porque favorece la eliminación de las toxinas que produce el cuerpo con el ejercicio, como el ácido láctico.
Te puede interesar
Los superalimentos: ¿cuáles son (de verdad) sus poderes?