La bodega perfecta en casa

Si estás pensando en montar una bodega en casa, te brindamos unos útiles consejos para montar una réplica en casa, más práctica y económica. ¡Pasa y bebe! Por Daniel Méndez/Fotografía Eric Piasecri

Las bodegas más asombrosas del mundo

Entramos en las las mansiones más bellas del mundo para ver cómo atesoran sus mejores botellas. Un recorrido por las bodegas particulares más asombrosas del mundo en busca de inspiración para montar…

Un lugar poco transitado, oscuro, con condiciones de temperatura, luz y humedad estables: un sótano, vaya. Ese es el lugar ideal para conservar nuestros vinos sin apenas necesidad de obras. Como se ha hecho toda la vida. Por eso, las cavas o bodegas tradicionales tienden a construirse bajo tierra. Es lo que se conoce como ‘bodega pasiva o natural’, donde el propio entorno aporta ya las condiciones ideales para conservar correctamente nuestras botellas, manteniendo intacto su sabor y su aroma.

Pero, claro, esa opción implica una necesidad obvia (disponer de un sótano en casa, algo poco habitual en los apartamentos urbanos) y, sobre todo, una renuncia: la de convertir la bodega en un elemento protagonista. Algo que vaya más allá del mero carácter práctico y haga de la bodega un factor decorativo que imprima carácter a nuestro hogar. Se puede, sí. Basta con emular las condiciones que se dan en las cavas tradicionales.

La tecnología y un correcto diseño ayudan a proteger nuestras botellas de todos los elementos nocivos para la personalidad de nuestros caldos. Si antes hablábamos de una bodega pasiva, aquí ya nos referimos a la bodega activa: las condiciones idóneas se crean de manera artificial. Pues el salón de nuestra casa, que obviamente queremos mantener cálido para estar cómodos, dista de ser el lugar ideal para instalar una bodega. El vino aguanta unas semanas si las condiciones no son óptimas. Pero olvidémonos de conservarlo durante mucho tiempo sin darle salida. Se estropeará. A menos que reproduzcamos el ambiente que requiere.

Las botellas deben reposar con una ligera inclinación hacia atrás, de 5 grados, para que los sedimentos queden en el fondo

¿Qué necesitamos? En primer lugar hay que tener claras algunas ideas. Es un buen propósito partir de establecer el número aproximado de botellas que queremos conservar. Para unas pocas decenas, basta con hacernos con una vinoteca, un armario refrigerado especialmente diseñado para este fin. Hay muchos en el mercado, con distintos acabados y remates, diseñados para ofrecer un control exhaustivo de la temperatura y la humedad, y para mantener alejados los rayos ultravioleta y cualquier tipo de vibración que afecte al líquido contenido en las botellas. Una opción muy válida que minimiza costes: a partir de unos 200 euros podemos tener una para conservar unas 16 botellas. Y podemos, por supuesto, dar un paso más allá y construir una cava.

Son muchas las opciones que existen para crear una bodega a medida. Todas ellas deben tener en cuenta unos requisitos básicos: una humedad relativa que oscile entre un 65 y un 80 por ciento, una atmósfera oscura, fresca y bien ventilada cuya temperatura se sitúe entre los 9 y los 18 grados, sin vibraciones (¡lejos de lavaplatos, neveras y otros electrodomésticos, por favor!) ni luz ni ruido. Sí, el ruido afecta a las botellas y, sobre todo, al líquido que albergan en su interior. A menudo se busca la fachada norte, pues es la menos expuesta a los rayos solares y, por tanto, a los cambios de temperatura. La posición óptima de las botellas es en horizontal, ya se sabe, para que el corcho se mantenga húmedo e impida que entre el aire en su interior, lo que provocaría que se oxidara el vino.

La temperatura debe estar entre los 9 y los 18 grados, ¡Y lejos de lavaplatos, neveras y otros electrodomésticos, por favor!

Pero conviene que tenga una ligera inclinación hacia atrás, de 5 grados, para que los sedimentos queden siempre en el fondo de la botella. Y las botellas no deben estar en contacto unas con otras. A partir de aquí, las opciones son infinitas. Será la imaginación y -esto es un consejo- la asesoría de un experto quien termine de ajustar los detalles finales del proyecto. En estas páginas hay algunos ejemplos para quien busque inspiración.

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