Tulum (México): el paraíso ‘ecochic’

En este rincón de la Riviera Maya, a 130 kilómetros de Cancún, los hoteles no tienen wifi y funcionan con energía solar. Tulum es el nuevo destino de moda. Un refugio entre famosos, clases de yoga y aguas turquesas. Por Daniel Méndez / Fotos: Foto: Francine Kreiss (Paris Match / Contacto) y Gtres

El futuro del turismo: cambiar el modelo

El 11-S fue determinante para muchas personas. También para Melissa Perlman: ese día decidió que había llegado el momento de abandonar la Gran Manzana. Algún tiempo (y algunos kilómetros) después encontró el lugar donde empezar de nuevo: Tulum, un paraíso a unos 130 kilómetros al sur de Cancún, en el corazón de la llamada Riviera Maya.

Ligados a las tradiciones y ceremonias mayas, los cenotes de Tulum constituyen un entramado de cavernas con agua dulce donde se puede practicar el buceo

Allí se estableció en 2002 y dos años más tarde ya había abierto su primer spa resort, en una casa que había pertenecido a Pablo Escobar. Y, aunque la perdió en un intrincado conflicto con el Gobierno, hoy regenta Amansala Bikini Bootcamp, un resort ecochic (Melissa asegura que fue ella quien inventó el término, hoy omnipresente en Tulum) donde practicar yoga al amanecer y recibir tratamientos mayas tradicionales, a base de barro y miel. Demi Moore se cuenta entre quienes lo han probado.

Cabaña de lujo En el hotel Amansala, cada habitación es una cabaña con toques rústicos, jardines y balcones con vistas al mar

La trayectoria vital de esta neoyorquina muestra a la perfección la transformación que ha experimentado Tulum en los últimos años.

Lujo ‘gypset’: en un ambiente relajado frente al mar, el restaurante Posada Margherita ofrece la mejor comida italiana de la zona

Hippies y mochileros han dado paso a nombres célebres como Sean Penn, Jessica Lange, Amanda Hearst, Evan Rachel Wood o Kate Bosworth.

La actriz Demi Moore

A este rincón del Caribe -que la edición italiana de Vogue bautizó como «la nueva Goa»- vienen famosos y no tan famosos a olvidarse de sus Jimmy Choo y calzarse las hawaianas; ya sea por unos días o incluso para quedarse.

Un destino para la renovación

Bohochic o gypset (suma de gypsy, ‘gitano’, y jet set) son los neologismos empleados para describir el ambiente que se respira aquí. Abundan las clases de yoga, las barbas hipster y las pieles bronceadas. Muchos ‘expatriados de lujo’ de Milán, Buenos Aires o Los Ángeles han venido a montar su pizzería o su pequeña boutique de productos artesanales. Mr. Blackbird es un clásico entre estos últimos. Tras estar casi un año cerrada, la boutique ha reabierto sus puertas a comienzos de este año en un nuevo emplazamiento: carretera Tulum-Boca Paila, kilómetro 8,4, en el lado de la playa. Así se dan las indicaciones aquí, con una referencia al punto kilométrico de la carretera de la playa y una indicación para saber hacia qué lado mirar. izquierda o derecha, playa o selva.

Ya lo llaman la nueva Goa. Ningún edificio supera la altura de las palmeras

Poco menos de un kilómetro más cerca de Tulum pueblo se encuentra otro de los must de la zona. El restaurante Hartwood es relativamente fácil de localizar, por las colas que se forman. No admite reservas, así que conviene ir pronto: abre a las seis de la tarde y media hora antes ya empieza a haber gente esperando. Merece la pena.

 Enric Werner, el dueño del restaurante Hartwood, prepara platos con los productos frescos del mercado local

El local está regentado por Eric Werner: un chef joven y guapo que también decidió abandonar Manhattan y establecerse con su mujer, Mya, en esta localidad de la península del Yucatán donde no hay una sola casa que supere en altura a las palmeras que la rodean. Hartwood cambia de menú cada día, en función de lo que consiga en el mercado local. Usa solo ingredientes y recetas regionales -tamarindo, ceviches, helado de maíz- y energía solar: todo se cocina a mano, aquí no hay electrodomésticos.

Descanso total El resort Casa de las Olas tiene cinco suites diseñadas para conseguir desconectar

Los que tengan interés en conocerlo de cerca pueden apuntarse a los retiros culinarios que organiza el resort Casa de las Olas. El próximo es en mayo e incluye clases en restaurantes de referencia, como Hartwood o Cetli.

Eric Werner está a punto de publicar su primer libro de cocina: «Hartwood es el lugar con el que yo sueño», escribe René Redzepi, chef de Noma, en la introducción.

‘Enganchados’ al paraíso

Lo de prescindir de la energía eléctrica no es mérito de Hartwood, es la norma general en la zona. La red eléctrica y las cañerías brillan por su ausencia en la carretera de la playa. Aquí, en los hoteles no hay aire acondicionado y una linterna es más que recomendable por la noche. Aunque el precio alcance los 500 dólares por estancia. Como en Coqui Coqui.

Hotel con aroma: Coqui coqui cuenta con un spa junto a las ruinas de Tulum y con una exclusiva perfumería

Otro entorno hippychic con historia detrás. Regentado por Nicolás Malleville, modelo argentino que se enamoró de esta zona, y su mujer, la diseñadora italiana Francesca Bonato. En 2001 compraron un terreno. «Quería construir la casa de mis sueños y me vi convertido en hostelero», cuenta hoy Nicolás, que ha levantado ya un pequeño emporio en la región. Tiene cuatro pequeños resorts de lujo en la península de Yucatán: uno en Tulum y el resto no muy lejos (en Coba, Valladolid, Mérida), y una perfumería. Su mujer ha montado su propia línea de ropa y complementos. Hacienda Montaecristo se llama, y aseguran que nació de la necesidad: «Calvin Klein no vendía lencería aquí», ha resumido Francesca. Así que ella se puso manos a la obra utilizando técnicas tradicionales, como el llamado ‘rebozo’, para elaborar bolsos, sandalias o joyas.

Situada a orillas del mar Caribe, la zona arqueológica cuenta con inscripciones que datan del siglo VI

La pareja italoargentina sirvió de reclamo para la jet del mundo de la moda que hoy es tan omnipresente allí. Sienna Miller o Jade Jagger son dos de los rostros habituales en su spa. Aunque hay otros nombres responsables de la transformación de Tulum, como el fotógrafo Mario Testino, que se compró hace años una casa y organizó numerosas sesiones de fotos antes de venderla. No ha sido el único. El que visita esta región queda prendado. Le ocurrió a paco de Lucía, que se estaleció en una pequeña localidad cercana a Tulum. Cuidado: esto ‘engancha’.

La ola perfecta

Desde los años setenta, Tulum es un destino perfecto para los amantes del surf, el kitesurf y el paddle surf.

Preparadas para la fiesta

El Papaya Playa Projecta Bar es famoso por sus fiestas nocturnas de luna llena.


RUTA DE COMPRAS

Joyería artesanal. Mr Blackbird. No tiene web, aunque sí página de Facebook. fácil de encontrar buscando Mr.Blackbird boutique Tulum. Joyería artesanal, complementos, ropa. Se han instalado recientemente en el hotel Playa Selva.

Caftanes. Josa Tulum. Fundado por Joanne Salt, otra neoyorquina exiliada. El sitio para adquirir un caftán o un vestido de noche adaptado al estilo del lugar. Tiene tienda online.

Moda ética: Hacienda Montaecristo. Fundada por Francesca Bonato y su amigo de la infancia Jacopo Ravagnan. Moda ética que rinde homenaje a los tejidos tradicionales mexicanos. Ubicado en el hotel Coqui Coqui, de Francesca y su marido argentino, Nicolás Malleville, también responsable de la línea de perfumes que lleva el mismo nombre del hotel, uno de los cuatro que la pareja tiene en la península del Yucatán.


GUÍA PRÁCTICA PARA DISFRUTAR

Dónde dormir

Casa de las Olas. Permiten dormir en una suite en primera línea de playa y aprender a elaborar los chilaquiles divorciados (tortillas de maíz aderezadas con dos salsas picantes) o a preparar una Paloma, el cóctel oficial de México (no, no es la margarita). La noche cuesta desde 237 euros. El retiro culinario, desde 3300 euros, e incluye siete noches de hotel, clases, cenas y excursiones en la zona.

Nueva vida de Ramiro. El nombre de este ecorresort tiene razón de ser. Ramiro, el hijo de sus propietarios, tras un accidente pasó un año en coma antes de despertar’. Consta de 33 bungalós en primera línea de playa. Desde 150 euros la noche.

Yoga y bienestar

Amansala Bikini Bootcamp. Un clásico local. Si el objetivo es unas vacaciones detox, este es el destino.
A la hora del desayuno (9.30 horas) los participantes ya llevan un par de horas de yoga.

Maya tulum. Otro resort dedicado al yoga y los masajes terapéuticos. Hay sesiones diarias y retiros más prolongados. Precios en la web.

Dónde comer

Hartwood. Abre solo para cenar (de 18 a 22 horas) y no admite reservas, pero las colas de espera tienen premio. comida tradicional preparada con ingredientes que han llegado
ese mismo día. Una cena para dos ronda los 80 euros.

Posada margherita. Restaurante italiano del chef Alessandro Carozzino, apodado El Nazi de la Pasta. Los más aventureros pueden también practicar kiteboarding. Además, es hotel.

Qué ver

Cenotes. Cuevas de agua dulce donde sumergirse y rememorar antiguos rituales mayas. La palabra viene del maya dzonot, que significa ‘bien’. El Gran Cenote está a unos 20 minutos de Tulum.

Vestigios mayas. Que nadie se pierda las ruinas mayas de Tulum, una antigua ciudad portuaria. Antes de convertirse en paraíso neohippy, fue un importante centro ceremonial y comercial en la época maya. Tulum significa ‘muralla’ y pueden visitarse sus restos, de entre el siglo XII y XV.

Reserva de la biosfera sian ka’an. Ubicada a las puertas de Tulum, es una de las áreas protegidas más grandes de México, y su cercanía ha mantenido a raya a los resorts de grandes dimensiones que abundan en otras zonas de la Riviera Maya. Todos los hoteles organizan visitas, pero merece
la pena acudir a la iniciativa de turismo sostenible Amigos, de Sian Ka’an.

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