Detroit, una ciudad nueva
Detroit ha dejado de ser un escenario apocalíptico para convertirse en destino ‘cool’
Recuperando el viejo esplendor
Después de décadas de decadencia, Detroit está recuperando su viejo esplendor. Y su downtown está dejando de ser una ciudad fantasma.
Takoi
No parece el típico restaurante tailandés… y no lo es. Inspirado en los mercados y las despensas del sudeste asiático, invita a sus clientes a comer con las manos.
Foundation Hotel
Este hotel de cien habitaciones fue antes el cuartel general de los Bomberos de la ciudad.
Detroit Institute of Arts (DIA)
La discográfica que lanzó a Michael Jackson tuvo aquí su primera sede. Hoy es un museo.
Motown 'tour'
El Detroit Institute of Arts posee una de las más importantes colecciones de arte de Estados Unidos.
Eastern Market
Pasear por este mercado con más de 150 años es uno de los planes más populares durante el fin de semana.
Fue la ‘capital mundial del motor’ en los años cincuenta, pero la crisis económica y los conflictos raciales la convirtieron en una ciudad fantasma de rascacielos abandonados y barrios residenciales vacíos. Ahora, Detroit ha renacido y se ha convertido en uno de los destinos de moda de EEUU. Por Ixone Díaz Landaluce
Los turistas eran una especie en extinción. Y los pocos valientes que se aventuraban a pasear por las calles de la ciudad lo hacían para fotografiar rascacielos abandonados, barrios enteros sin un alma, antiguas fábricas de automóviles en ruinas, edificios quemados o sin cristales en las ventanas, grafitis por todas partes… Detroit se había convertido, como llegó a decir el New York Times en 2012, en la capital mundial del «porno de ruinas», ese turismo minoritario (y algo macabro) que busca la belleza oculta en la decadencia y el abandono. Pero cinco años después de aquella realidad apocalíptica, Detroit está resurgiendo, poco a poco, de sus cenizas y se ha convertido en uno de los destinos urbanitas más fascinantes de Estados Unidos. Desde luego, su historia merece una segunda oportunidad.
Detroit ha dejado de ser un escenario apocalíptico para convertirse en destino ‘cool’
Fundada en 1701 por el explorador francés Antoine de la Mothe Cadillac, Detroit vivió su edad de oro a principios del siglo XX, cuando Henry Ford empezó a construir allí sus coches y revolucionó el sector del automóvil con las primeras líneas de montaje y la producción en masa del Model T, conocido como el primer coche de la clase media americana. Después, General Motors y Chrysler se asentaron en la ciudad y Detroit se convirtió en la ‘capital mundial del motor’.
En los años cincuenta, la prosperidad económica hizo que alcanzara los dos millones de habitantes, convirtiéndose en la cuarta urbe más importante de Estados Unidos. Pero la burbuja empezó a pincharse en los setenta. Además de la terrible tensión racial que se vivía en los barrios, la competencia del sector automovilístico japonés empezó a afectar a la principal industria local. Y, poco a poco, sus habitantes empezaron a irse… De hecho, la ciudad llegó a perder dos tercios de su población y el 30 por ciento de sus edificios comerciales y viviendas quedó vacío o abandonado. Su downtown se había convertido en una ciudad fantasma… Y después de varias décadas de decadencia, en 2013 la ciudad declaró la mayor bancarrota de la historia de Estados Unidos: un agujero de 18.000 millones de dólares en las arcas públicas. Pero quizá necesitaba tocar fondo para empezar a recuperarse…
Volver a empezar
En el último lustro, la ciudad ha dejado de ser, poco a poco, un escenario de película distópica para convertirse en un destino turístico vibrante. De hecho, Detroit ocupa este año la segunda posición en la lista de las mejores ciudades para visitar en 2018 elaborada por Lonely Planet. En realidad, siempre fue un lugar interesante tanto por su escena musical (no olvidemos que allí nació Motown Records) o sus megacasinos como por su singular arquitectura. El edificio Fisher, construido en 1928 por el arquitecto Albert Kahn, es una auténtica joya art déco. Y algunas iniciativas ciudadanas, como el Heidelberg Project, trataban de sacar algo positivo de toda la desolación dedicando bloques de casas abandonadas en el East Side a proyectos de arte al aire libre que todavía se pueden visitar.
Después de décadas de decadencia, Detroit está recuperando su viejo esplendor. Y su ‘downtown’ está dejando de ser una ciudad fantasma
Existe todo tipo de proyectos comerciales y urbanísticos interesantes que están aprovechando algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad para rescatarlos de su abandono y rehabilitarlos conservando su carácter. El resultado es una nueva hornada de restaurantes, hoteles con encanto, pequeñas tiendas y bares singulares con una indisimulada obsesión por los cócteles. Uno de esos proyectos es el del edificio GAR, construido en 1898 como club para los soldados de la Unión y que permanecía cerrado a cal y canto desde los ochenta. Después de cuatro años de obras ha vuelto a la vida para albergar dos restaurantes: Republic Tavern, especializado en carne y whisky; y Park and Rec Dinner, que sirve uno de los mejores brunch de la ciudad. Y así, en poco tiempo, Detroit se ha convertido en un destino de moda para los turistas, pero también en un nuevo refugio para artistas, jóvenes emprendedores y millennials en general que quizá no pueden costearse los exorbitados alquileres de Chicago o Nueva York y han decidido asentarse en la ciudad y poner en marcha sus propios proyectos.
Una ciudad de oportunidades
Y la reconstrucción de Detroit no ha hecho más que empezar. La ciudad está en plena ebullición. Este mismo año abrirá sus puertas el hotel de lujo Shinola en un característico edificio de ladrillo rojo que permaneció abandonado durante años en pleno downtown. Y el emblemático Metropolitan Building acogerá otro hotel, el Element Detroit, cuya inauguración también está prevista para 2018. Pero hay nuevos proyectos urbanísticos repartidos por toda la ciudad. Packard Plant, una de las grandes fábricas de coches de la ciudad a principios del siglo XX, permanecía abandonada desde los años noventa hasta que fue adquirida en 2013 por Fernando Palazuelo, un promotor español ahora asentado en Perú.
Algunos de los edificios más emblemáticos se rehabilitarán para sacarlos de su abandono
El proyecto podría implicar una inversión de más de 400 millones de dólares a lo largo de 15 años para desarrollar espacios comerciales y de ocio, oficinas y bloques residenciales. Incluso la Estación Central de Detroit, un edificio que quedó en desuso en 1988 y que ha sido el emblema de la decadencia de la ciudad, podría tener ahora una segunda oportunidad. Después de varias intentonas fallidas, sus dueños están sopesando diferentes opciones para rehabilitarlo. Por primera vez en mucho tiempo está llena de oportunidades. Y de esperanza.
Para dormir y comer
Aloft Detroit
El emblemático edificio renacentista David Whitney estuvo 20 años vacío. Después de una renovación de 92 millones de dólares, alberga uno de los hoteles más trendy de la ciudad.
Foundation Hotel
Construido en 1929 para alojar el cuartel general de los Bomberos, es desde 2017 un coqueto hotel. Han conservado los portones, las barras de descenso de los bomberos, los suelos de mármol…
The Siren Hotel
Abrió sus puertas en enero en el remozado edificio Wurlitzer, abandonado desde hace décadas, y tiene un estilo muy años cincuenta. Cuando termine la obra, tendrá siete restaurantes en su interior.
Sugar House
Los mejores cócteles de la ciudad se sirven en la barra de este acogedor local. Los camareros poseen un conocimiento enciclopédico en la materia y preparan cócteles clásicos, modernos o de cosecha propia.
Trinosophes
Cafetería por las mañanas, galería de arte por las tardes y sala de conciertos por las noches. Ambiente cultureta en un espacio diáfano y singular.
Ready Player One
Situado en un sótano con las paredes ‘teñidas’ de grafitis, en este local sirven comida y cervezas artesanas, pero su verdadero atractivo son las máquinas recreativas de Arcade.
Takoi
Cocina tailandesa moderna en un local futurista que parece salido de una película de ciencia ficción.
Para descubrir la ciudad de Detroit
Un ‘tour’ diferente…
Construida en 1903, Packard Plant fue una de las grandes fábricas automovilísticas de la ciudad. Ahora se encuentra en plena remodelación, pero sus características ruinas -tapizadas de grafitis- aún se pueden visitar de la mano de Pure Detroit.
Una mañana en el mercado…
Los sábados, el Eastern Market, en pleno downtown, es el lugar de encuentro: puestos de fruta, verdura o flores y especialidades gourmet dentro y fuera de su característico edificio de ladrillo rojo. En los alrededores hay varios cafés y restaurantes y una cervecería con ‘birras’ artesanas.
Un poco de música…
Motown Records, la discográfica de Berry Gordy que lanzó las carreras de Stevie Wonder, Diana Ross, Marvin Gaye o Michael Jackson, tuvo su primera sede en Detroit (luego se mudaron a Los Ángeles) y se puede visitar.
Y otro poco de arte…
Visitar el Detroit Institute of Arts merece la pena, aunque solo sea por contemplar Detroit Industry, el impresionante mural en el que Diego Rivera capturó la esencia de la ciudad.
También te pueden interesar otros destinos turísticos…
Un remanso de paz en la Bretaña francesa
Galicia, el principal destino termal de España