Cinco maravillas del Mediterráneo: unas vacaciones diferentes
Para hacer submarinismo, no hace falta ser un experto -puede practicarse a todos los niveles- ni irse lejos. El Mediterráneo es una inagotable fuente de maravillas naturales y… arqueológicas. Por Daniel Méndez/Fotos: Cordon y Adobe Stock
The Blue Hole, Malta. El gran agujero azul
Esta formación geológica, destino obligado para los amantes del submarinismo, se encuentra en Gozo la isla del archipiélago maltés, y en sus aguas pueden contemplarse peces loro, peces damisela o pulpos en abundancia. La inmersión en el «agujero azul» se inicia en una piscina natural, de unos 10 metros de anchura y 26 de profundidad. Bajo el agua, un arco natural indica el camino a un pequeño túnel que lleva hasta el mar abierto. Advertencia: esta chimenea de difícil acceso a través de una grieta es solo para expertos.
Por qué ir. Es una inmersión apta para distintos niveles: desde el más novato hasta el más avezado encontrarán una ruta apta para sus capacidades.
Blue Grotto (Isla de Bisevo, Croacia) La cueva encantada
Esta imponente cueva en la costa adriática de Croacia debe su nombre al intenso azul de sus aguas, reflejadas en las paredes a ciertas horas del día (depende de la época del año). Los locales sabrán aconsejarnos mejor que nadie acerca del momento óptimo para la inmersión.
Por qué ir. Esta cueva de 12 metros de profundidad y 24 de longitud, formada por la erosión del agua sobre la piedra caliza que compone la isla, es todo un espectáculo. Y de fácil acceso, ya sea desde la propia isla o desde la ciudad continental de Split, otra gran joya de la costa dálmata.
Islas Medas (Gerona) Praderas de coral
El Parque Natural del Montgrí, Islas Medas i Bajo Ter alberga algunas de las joyas más preciadas de nuestro litoral. El archipiélago de las islas Medas, formado por siete islotes, es una de las reservas de flora y fauna más importantes del Mediterráneo occidental. Sus bosques de algas, praderas de posidonia con corales o estrellas de mar componen un espectáculo que seduce a miles de buceadores cada año. Se pueden encontrar meros, doradas, barracudas, peces luna…
Por qué ir. En las islas Medas, con una profundidad de 12 a 45 metros, hay numerosas inmersiones: desde las más relajadas, como Salpatxot, hasta las grandes paredes verticales de Porta del Llop o las cavidades de La Vaca, cuyos túneles seducirán a los fotógrafos.
Eligiendo el lugar apropiado, uno puede garantizar el encuentro con barreras de coral de vivos colores, con peces de todo tipo, pecios corroídos por el tiempo… O tesoros como el que en febrero de 2015 halló una excursión de buzos en el antiguo puerto de Cesarea, en Israel: casi dos mil monedas de oro del periodo Fatimí, el califato que gobernó parte de Oriente Medio entre el siglo X y el XII de nuestra era. En los mejores destinos del mundo para la practica del submarinismo quizá no nos esperen monedas de oro, pero sí auténticas joyas de la naturaleza.
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