La imaginación al poder

Artículos de ocasión

Sorprende la poca importancia que se le concede a la imaginación. Aún queda gente ahí fuera tan poco sustanciada que asocia la palabra ‘imaginación’ a los niños, a los cuentos y las fabulaciones para entretener a los menores. Si acaso consideran la imaginación como un recurso de novelistas o artistas, pero nunca de lo que ellos consideran la esfera de las personas serias y responsables. Sin embargo, cuando se observa el mundo en el que vivimos, caes en la cuenta de que el gran déficit de los líderes actuales consiste en la falta de imaginación. Uno ve llegar a las instituciones a personas que se definen como únicamente gestores aplicados y se quedan tan contentos. Salvo destacadas excepciones, se ve alcanzar puestos de alta responsabilidad a profesionales dotados quizá para la propaganda personal, pero poco más. En todos esos casos, la falta de imaginación resulta letal. Porque no existe departamento de responsabilidad que no necesite constantemente la puesta en funcionamiento de los mecanismos creativos, y uno de los principales resulta la imaginación.

Cuando te preguntan qué se necesita para ser presidente o para ser ministro, no escucho a nadie decir que imaginación. El resultado de ello es que, en cuanto pasan un tiempo en el desempeño de su cargo, personas que podían resultar hasta ilusionantes en el mejor de los casos terminan por parecernos previsibles. Su huella al frente de las instituciones es nula porque se limitan a continuar las labores marcadas en una agenda oculta y gris. Toda función política necesita de la imaginación para proponer alternativas, para buscar nuevos planes, para no chocarse contra la misma pared de siempre. Cuando uno piensa en los problemas que afectan de manera grave a nuestras ciudades, a nuestro entorno laboral, desde la natalidad o la inmigración hasta la ecología, percibe que hay poca innovación, poca resolución novedosa. Más bien se aplican las mismas fórmulas para obtener distintos fracasos. Existe el fracaso de derechas y luego el fracaso de izquierdas. Se alternan, pero en conclusión, ahí tenemos las estadísticas del empleo, de la natalidad, del fracaso escolar, del éxodo africano. Se mantienen día tras día inamovibles, porque nadie considera la imaginación un factor necesario.

¿En qué consiste un proceso creativo? Frente a un problema se dedica un tiempo largo de observación, pero no de observación prejuiciosa y obsesiva, sino tratando de encarar el asunto desde todas las posibles miradas, ejerciendo una rotación de 360 grados sobre el objeto para conocerlo en todas sus caras. Luego se piensa, se especula, se emborronan papeles y se camina en busca de la resolución del problema. Para que salte la chispa feliz, el eureka que tantas veces hemos elogiado en otros, es necesario considerar la imaginación como una potencia gozosa. No seguir tiñendo la imaginación del desprecio. Cuando estudiaba Periodismo, aprendí que un buen profesional no era solo quien tenía tesón y curiosidad, que son las dos cualidades principales de ese oficio. También me di cuenta de que la imaginación era fundamental. La imaginación te concedía un nuevo enfoque, te permitía usar nuevas palabras, encontrar nuevos caminos para llegar a la verdad, para retratar lo que nadie acertaba a ver.

Cuando surgió la noticia de la llegada de tres barcos con emigrantes recogidos en altamar a Valencia, demasiadas informaciones se encallaron en las lecturas políticas. Tanto el Gobierno italiano, que rechazó a las víctimas, como el Gobierno español, que las acogió, respondían a estrategias opuestas, pero buscaban un mismo fin: la satisfacción de sus votantes. Por eso, el enfoque moral sobre la situación era entendible, España se apuntaba un tanto de buena imagen mundial, pero el repelente líder italiano Salvini consolidaba su mano dura tan popular entre los suyos. El seguimiento del suceso era obligatorio, pero la imaginación nos condujo a comparar cómo es la llegada de pateras a nuestras costas en un día normal en contraste con ese recibimiento floral y feliz. También nos invitó a repasar otros barcos anteriores en la historia cargados de pobres y refugiados en éxodo, incluidos los que acogían a españoles hace no tanto tiempo. La imaginación no es otra cosa que atreverse a mirar desde un lado inédito. No desprecien el concepto de imaginación, párense a apreciar lo fundamental que es en toda disciplina de esta vida

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