Malagueño, de 28 años. Vivo desde hace cuatro en Barcelona. Licenciado en Filología Hispánica, he publicado dos libros de poesía. Después de 109 programas en el concurso, David Leo ganó el bote de ‘Pasapalabra’: 1.866.000 euros. Por Virginia Drake
XLSemanal. ¿Se le acabaron los problemas por una buena temporada?
David Leo García. Espero que sí, al menos los económicos. Aunque hasta el año que viene, creo, no cobro. Y aún le debo 7000 euros a mi padre.
XL. Oiga, los poetas no hablan de dinero: lo ven demasiado prosaico.
D.L.G. Entonces será mejor tenerlo para no preocuparnos por su falta [ríe].
XL. ¿Va a ser el primer poeta millonario?
D.L.G. Bueno, ya está Antonio Gala [ríe].
XL. ¿Ha calculado ya cuánto pagará en impuestos y cuánto le quedará?
D.L.G. ¡Puf!, sí: voy a pagar dos céntimos por cada español; y también sé que llegaré a los 80 años siendo mileurista.
XL. Antes de terminar Filología, empezó a participar en concursos de radio y televisión. ¿Veía negro el futuro?
D.L.G. Terminé la carrera en el peor momento de la crisis y busqué trabajo, sin ninguna suerte, en academias y editoriales. Entré en un callejón sin salida, pensé en irme fuera. Así que me planteé los concursos como un trabajo. me daban más oportunidades que el mercado laboral. Con el cuarto gané el dinero suficiente para independizarme.
XL. Durante tres años se preparó a fondo para presentarse al casting de Pasapalabra.
D.L.G. Sí. Me hice dos veces los 2400 roscos de la web del programa, tomando notas y memorizando definiciones. Estudiaba, además, palabras del diccionario que podían salir y usé un programa informático que me enseñó un contrincante. En los últimos meses estudié cuatro horas diarias y memorizaba cien palabras nuevas al día.
XL. Ha sido tan largo como una segunda carrera, ¿qué va a hacer ahora?
D.L.G. Concurso otra vez, ahora por 90.000 euros, con concursantes a los que admiro: Paz, Jero, Lilit, Susana, Alberto… Es la mejor experiencia que puedo tener. compartir plató con ellos.
XL. Parece algo adictivo. ¿Necesitará de un psicólogo para vivir sin Pasapalabra?
D.L.G. Un poco de vacío sí que siento. llevo nueve meses viniendo aquí cada semana, me he hecho amigo de los trabajadores… Es una pérdida. Un amigo dice en un verso: «Cuando uno logra un fin, se queda triste: la meta se lo traga».
XL. ¿Le para la gente por la calle?
D.L.G. Sí, me felicitan, me dicen que han sufrido conmigo, pero que también han aprendido mucho, cosa que agradezco.
XL. ¿Cuántos selfies se hace al día?
D.L.G. No los cuento: me volvería loco. Es muy intenso. Uno de mis grandes placeres era leer en la terraza de un café. Ahora es imposible.
Como buen andaluz…
«Unas rebanadas de pan tostado con aceite de oliva, tomate y sal; si se puede, mucho mejor con un poco de jamón ibérico. Y un par de tazas de café. Soy muy cafetero».