Es dentista, pero no un dentista cualquiera. Anitua es uno de los mayores expertos en implantología del mundo y, además, un investigador pionero. Descubrió en su clínica de Vitoria un plasma que lo mismo le arregla la boca a Bisbal que regenera la rodilla de Nadal. Por Ixone Díaz Landaluce / Fotos: Carlos Carrión
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Eduardo Anitua, simpático y sin miedo a la polémica, defiende con igual rotundidad el coste de los tratamientos odontológicos que a su amigo el Rey emérito.
«Muchas de las noticias que se publican sobre don Juan Carlos son falsas. Es muy triste que en este país tratemos tan mal a nuestras instituciones»
Suena un ‘jazz’ alegre y armonioso de fondo mientras Eduardo Anitua coloca un implante a un paciente sedado y tumbado sobre la camilla del quirófano. En una placa de Petri espera una sustancia amarillenta de textura gelatinosa. Es el plasma rico en factores de crecimiento que, previamente, el equipo médico ha obtenido de la sangre del propio paciente y que ayudará a regenerar los tejidos de su cavidad oral después del implante. Este fármaco autólogo es la joya de la corona de BTI, la empresa de biotecnología que el doctor Anitua fundó en 1999 en su ciudad: Vitoria. Mientras eso ocurre en la primera planta, en la tercera del mismo edificio se imparte formación.
Más de dos mil profesionales de todo el mundo pasan por allí cada año para aprender. Mitad clínica dental, mitad centro de investigación, BTI aplica lo que se conoce como ‘medicina translacional‘. Se refiere a un equipo de investigación con especialistas en varias disciplinas, desde dermatólogos y biotecnólogos a ingenieros de superficies o informáticos, que desarrollan ensayos clínicos y, en último término, fármacos. «Que una idea nazca en la clínica, vaya al laboratorio, allí se busque una respuesta, vuelva a la clínica y consigamos implementar esa respuesta en el paciente es a lo que nos dedicamos.
Cada año desarrollamos varias patentes», explica. Ahora mismo tienen 53 y por tercer año consecutivo BTI es la empresa biotecnológica con mayor producción científica de España. Y no se limitan a la medicina oral. Investigan en áreas como la dermatología, la oftalmología y hasta los trastornos del sueño. Además, el investigador se ha hecho famoso por ser el dentista de cabecera de muchos personajes famosos. Por su consulta pasan empresarios del IBEX, deportistas de élite, exministros, actores, cantantes y… reyes.
XLSemanal. Curiosamente, iba usted para deportista. ¿Qué pasó?
Eduardo Anitua. Estaba en el equipo nacional de esquí náutico, competía en esquí alpino, hacía vela… Pero mi padre me dijo que estudiara una carrera y que no convirtiera mi hobby en mi profesión. Al final, mi profesión se ha convertido en mi hobby.
XL. Estudió Medicina, se especializó en cirugía maxilofacial y más tarde en implantología, y luego se dedicó a la investigación. ¿Qué pregunta no le dejaba dormir a usted por las noches?
E.A. ¿Por qué cuando a un paciente se le extrae una muela se le regenera el hueso, la encía, el periostio? ¿Quién es el responsable? ¿Por qué unos pacientes regeneran bien y otros no? Y la respuesta era la sangre. Entonces empecé a investigar qué componentes desempeñan un papel esencial en la regeneración, como las plaquetas y la estructura de fibrina, y cuáles no, como los glóbulos rojos y los blancos. Nadie había conseguido desarrollar un medicamento autólogo, desarrollado a partir de la sangre del propio paciente.
XL. El plasma rico en factores de crecimiento. ¿Qué es exactamente?
E.A. Consiste en seleccionar los componentes sanguíneos que tienen un papel vital en la regeneración, concentrarlos en la dosis idónea y aplicarlos de manera adecuada.
XL. ¿Para qué se puede utilizar el plasma?
E.A. Cuando vi los resultados que teníamos en cirugía oral, tuve la intuición de que debíamos aplicarlo en otras áreas. Luego, empezamos a utilizarlo en ortopedia y medicina deportiva, junto con el traumatólogo Mikel Sánchez. Seguimos regenerando la piel en lesiones diabéticas, úlceras que no curaban… Y hemos desarrollado un colirio para lesiones de la córnea, como el ojo seco. También se utiliza en cirugía oftalmológica, digestiva, ginecológica… Ayuda a crear un entorno más amable para que los tejidos cicatricen o, mejor aún, se regeneren.
XL. En 2003 consiguieron la autorización de la Agencia del Medicamento. ¿Es asequible un fármaco de esas características para la sanidad pública?
E.A. Su coste no es superior a 200 euros. No solo es asumible, sino que su coste-eficacia es enorme. recuperaciones más rápidas, menos días de baja y hospitalización, menos dosis de analgésicos y antibióticos… Ya se utiliza en algunas comunidades autónomas.
«En España no se protege la innovación. En Estados Unidos lo hacen con toda su artillería. Si violas una patente, esa noche duermes en Alcatraz»
XL. ¿Acabará siendo una técnica rutinaria?
E.A. Ya lo es en los quirófanos más avanzados. En la sanidad pública aún hay trabas… Este país tiene un cáncer administrativo y aún no hemos dado con el tratamiento.
XL. Los deportistas de élite son sus mejores clientes. ¿Quiénes utilizan plasma?
E.A. Lo que no hay son equipos de élite que no lo utilicen. Por esta casa han pasado los médicos de todos los equipos profesionales de Europa, Estados Unidos, Canadá…
XL. Tuvieron que convencer a la Agencia Mundial Antidopaje. ¿Qué ocurrió?
E.A. Quizá por algunos casos del pasado, pensaron que como venía de España, tenía que ser dopaje. ¿Qué está pasando en España que los deportistas se recuperan tan rápido? Ganamos aquella batalla y tuvieron que admitir su eficacia y su seguridad y reconocer que había sido un grave error confundir los factores de crecimiento con el doping.
XL. Dice que sus patentes son violadas sistemáticamente. ¿Y la Justicia no actúa?
E.A. Sí, y a veces incluso por parte de la sanidad pública. Hemos ganado muchas denuncias, pero es triste que un laboratorio tenga que dedicar sus esfuerzos a que se respete su investigación. Ese es el trabajo de la Administración. Y en este país es una asignatura pendiente. En Estados Unidos protegen su innovación con toda su artillería. Si violas una patente, esa noche duermes en Alcatraz.
XL. ¿Lo han tentado alguna vez para vender sus patentes?
E.A. No sabes cuántas veces… Pero, en alguna ocasión, he pensado que lo hacían para meterlas en un cajón. Un fármaco es mucho más rentable para una gran farmacéutica.
XL. La salud dental no forma parte de la sanidad pública. ¿Debería serlo?
E.A. No. Si fuera gratis, la gente iría a la Seguridad Social a que le cepillaran los dientes.
XL. ¿Hombre… usted cree?
E.A. Es así. Está bien que esté cubierta la odontología infantil, pero todo el mundo tiene que hacer un esfuerzo. No podemos tener una sanidad impagable, y problemas bucales tiene el cien por cien de la población. Por eso hay que hacer pedagogía e invertir en hábitos saludables: limpiarnos bien los dientes, dormir bien, hacer ejercicio…
XL. Por cierto, ¿por qué es tan costosa la salud dental?
E.A. Porque se emplea una extraordinaria tecnología, desde el diagnóstico hasta el quirófano. Todas esas clínicas low cost son mucho más rentables. Por eso tienen financieros detrás. Es más rentable una mala odontología que una buena.
XL. Rafa Nadal es uno de sus fieles. ¿Cómo es tratar a un mito del deporte como él?
E.A. Sus lesiones musculares y tendinosas las trata su equipo, con la ayuda del doctor Mikel Sánchez. Pero su equipo médico ha pasado por aquí para aprender y yo hace años que le cuido la boca. No es que Rafa Nadal sea un icono, es que toda su familia lo es. He vivido muchas finales con ellos y nadie tiene el señorío y la elegancia de Rafa. Jamás tiene un mal gesto. A un deportista se le ve la grandeza cuando pierde y cuando está lesionado.
XL. Por su consulta pasan muchos vips. Por ejemplo, David Bisbal.
E.A. Viene gente que sale en el ¡Hola!, pero también personas sencillas y anónimas, y el trato es el mismo con todos. Pero sí, me encanta rodearme de gente inteligente y creativa.
XL. Ha protagonizado incluso algún ‘sketch’ con su amigo José Mota.
E.A. [Se ríe]. Aunque mucha gente me considera una persona muy seria, también soy alegre y divertido. Si yo te contara… ¡Podría haber terminado en algún Torrente!
XL. También tiene una estrecha relación de amistad con el Rey emérito. ¿Cómo conectan un dentista y un rey? ¿De qué hablan?
E.A. En un principio, sobre su salud. Luego terminas hablando de todo. La ventaja de los médicos es que no nos relacionamos con cargos, sino con personas. Y a partir de ahí puede surgir una relación de amistad.
XL. Han compartido mesa y mantel muchas veces. ¿Me puede contar alguna anécdota de esos viajes que han compartido?
E.A. Cuando aún reinaba, sus viajes al País Vasco eran absolutamente discretos. Nadie sabía que venía a Vitoria con cierta frecuencia. En uno de los viajes fuimos a San Sebastián y subimos a Igueldo. Él no había estado allí desde hacía 50 años. Vi como se le saltaban las lágrimas mirando a la Concha. Siente un gran afecto por el País Vasco, porque vivió en San Sebastián y guarda muchos recuerdos.
«Con los famosos empiezas hablando de salud y terminas hablando de todo. Si yo te contara… ¡Podría haber terminado en algún ‘Torrente’!»
XL. ¿Y cómo lo ve en esta nueva etapa de su vida?
E.A. Es una persona que puede aportar mucho. He sentido el privilegio de tener muchas conversaciones privadas con él y tiene una visión de Estado que este país necesita. Y creo que este país está en deuda: son 40 años de dedicación, 24 horas al día, siete días a la semana. Es un trabajo extraordinariamente ingrato. A la vista está… En este país, el ejercicio de la actividad pública es ingrato para el rey, para el presidente del Gobierno, para los ministros y para el alcalde del último pueblo.
XL. Se diría que siente cierto instinto de protección hacia él… ¿Es así?
E.A. Lo que tengo es la convicción de que algunos medios lo han tratado muy mal. Muchas de las noticias son falsas. Pero es aquello de «difama que algo queda»… Es triste que en este país tratemos tan mal a nuestras instituciones. Es una falta de cultura política y una falta de visión de Estado.
XL. ¿Para hacer ciencia es mejor implicarse en política o quedarse al margen?
E.A. Hay quien lo ha hecho y le ha ido muy bien; yo, en cambio, nunca he tenido ninguna vinculación política. Pero sí creo que este país ha hecho una gran transición. Y no era nada fácil. Me sorprende que algunos se empeñen en mirar siempre atrás. Viajo bastante y, cada vez que llego a España, pienso: «¡Qué gran país tenemos!». Hay muchas más cosas que nos unen de las que nos separan. Quienes se sienten más que los demás tienen un déficit de humildad agudo y grave. Muchos de esos ‘ismos’ se curan viajando.
«Yo estaba a 15 metros de la bomba de ETA que mató a Fernando Buesa. Estuve KO varios días. Algo así no puede volver a suceder. Yo he llorado mucho…»
XL. Hace no tanto, ese no era un discurso fácil de hacer en el País Vasco…
E.A. Yo he sufrido lo mismo que cualquier ciudadano del País Vasco estos últimos 40 años… A mí me explotó la bomba que mató a Fernando Buesa. Estaba a 15 metros, mi coche pasó delante de él tres o cuatro segundos antes de que estallara. Tuve un edema cerebral debido a la onda expansiva y estuve totalmente KO durante varios días.
XL. ¿Y cómo ha vivido el fin de ETA?
E.A. Con la satisfacción del fin de la sinrazón. Yo he llorado mucho… En este país se ha generado un odio inútil. Y quienes lo causaron no solo estaban profundamente equivocados, sino que hicieron un daño irreparable. Tenemos que asegurarnos de que no vuelva a suceder en ningún lugar del mundo. Aquí lo hemos vivido y ha sido terrible…
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