David Bowie, las imágenes de una gira de leyenda

En 1983, David Bowie se convirtió en la mayor estrella de rock del planeta gracias a su disco ‘Let’s dance’, el gran éxito de su carrera. En la consiguiente gira se llevó con él al fotógrafo Denis O’Regan, abriéndole de par en par las puertas de su intimidad. Tres años después de su muerte, un libro revive aquellos gloriosos días. Por Fernando Goitia

En 2015, un año antes de la muerte de Bowie -por un cáncer de hígado a los 69-, fotógrafo y cantante revisaron todo aquel material para incluirlo en una serie de reediciones de su discografía que el mito no llegó a ver. El libro Ricochet: David Bowie 1983 vio la luz el año pasado en edición limitada en una caja con cinco volúmenes y varios LP.

David Bowie, las imágenes de una gira de leyenda

Antes de irse de gira con Bowie, O’Regan ya había inmortalizado a Queen, Elton John, Led Zeppelin y a las bandas del punk. Eran años en los que los famosos daban acceso total a los periodistas sin publicistas de por medio. Bowie no le exigió acuerdo de confidencialidad ni le puso límites.

David Bowie, las imágenes de una gira de leyenda

Let’s dance llevó a Bowie a la cima de su fama. Ya era una estrella en los setenta, pero este álbum y la gira Serious moonlight lo convirtieron en la mayor figura del rock del momento. El tour recorrió 15 países, con 96 conciertos ante más de 2,5 millones de fans. En Los Ángeles, entre los más de 15.000 espectadores que reventaron el mítico The Forum, estaban Michael Jackson, Bette Midler (de espaldas), la actriz Georganne LaPiere y su hermana, Cher, o el oscarizado Timothy Hutton.

David Bowie, las imágenes de una gira de leyenda

Bowie tenía aquí 36 años. Tras autoexiliarse con Iggy Pop en Berlín, donde ideó tres discos y se alejó de las drogas, el Duque Blanco se reinventó por enésima vez. Con el cabello oxigenado, sus chaquetas holgadas, pantalón de pinzas, pajarita suelta, tirantes y pases de baile al estilo nuevo romántico dejó atrás de forma definitiva sus extravagancias estéticas de los años setenta. Cinco años antes, su último tour -por los discos Low y Heroes– pasó a los anales del rock como ‘la gira blanca’. Bowie consumía siete gramos diarios de cocaína

David Bowie, las imágenes de una gira de leyenda

«David fue el más sensato de los famosos que conocí -dice O’Regan-. Y divertido». Las juergas y el sexo casual fueron, de hecho, moneda común en aquella gira, la primera de Bowie divorciado. «Yo no era feliz -dijo el roquero a Rolling Stone tras separarse, en 1980, de Angela Barnett-. Salvo por mi hijo, no siento gran apego por nadie. Soy como un marino, con amantes por todo el mundo».

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Bowie era tan aclamado entonces que un día, en plena gira, Steve Wozniak -cofundador de Apple- lo llamó para ofrecerle un millón y medio de dólares por tocar en un festival patrocinado por él. Era una cifra récord para 1983. El cantante reprogramó sus fechas en Europa para actuar en San Bernardino, Los Ángeles. «David sabía lo duro que todos habíamos trabajado y en el camino de regreso -rememora el fotógrafo- llevó a un chef al avión para servirnos sushi a todo el equipo».