Amaia Salamanca y Javier Rey se enamoran de la misma mujer, Leticia Dolera, en la comedia de enredos ‘¿Qué te juegas?’. Antes de su estreno, les propusimos una sesión de moda masculina más allá de los géneros. Aceptaron el envite. Por Virginia Drake / Fotos: Antón Goiri / Realización: Raquel Peláez
Javier Rey. Noia, A coruña (1980)
Lo hemos visto en series como Isabel, Hispania, Velvet, Fariña… y en películas como Kiki, el amor se hace o Sin fin.
XLSemanal. Usted iba para técnico de laboratorio.
Javier Rey. Sí, era un trabajo muy interesante, aunque te pasases el día entre pises y heces [ríe], pero luego resultó ser muy mecánico.
XL. Pero tras las prácticas se pasó al teatro.
J.R. Bueno, mi gran sueño era ser ciclista profesional, pero mi cuerpo se desarrolló de forma que me impediría llegar lejos.
XL. Y se apuntó a un curso de interpretación de dos días y ahí empezó…
J.R. Mi pandilla estaba metiéndose en el mundo del teatro y yo quise unirme a ellos. Me apunté a ese curso como me podía haber apuntado a uno de guiones.
Javier Rey: «¿Si me gusta tener mando en plaza? Yo no prefiero nada; busco que me partan por la mitad, que me rompan, y dejarme llevar»
XL. Ni la sanidad ni el ciclismo lo van a echar de menos… Está en racha: compitió en los Goya con Jose Coronado, Bardem, Javier Gutiérrez y Antonio de la Torre.
J.R. Ha sido una enorme alegría estar en el mismo cartel que ellos. Los admiro mucho y los cuatro son los culpables de que otros actores luchemos por llegar a ser lo que ellos son.
XL. No logró el Goya, pero sí el Premio Feroz, por Fariña (2017), y la Biznaga de Plata, por Sin fin (2018). El éxito tardío, dice, le mantiene los pies en el suelo, pero triunfar a los 20 tampoco estará mal…
J.R. Ya, pero si lo haces con 38 o 39 años sabes mejor lo que cuestan las cosas y disfrutas del momento como viene.
Javier Rey: «Galicia es un potente matriarcado, sobre todo en la costa, y las mujeres son enormemente fuertes. Llevan la casa, la economía, la educación de los hijos…»
XL. ¿Disfrutó haciendo esta comedia?
J.R. Sí y no. He sufrido con el personaje. Inés de León, la directora, tiene un modo especial de rodar; es muy exigente, hiperprecisa. Ha habido veces que para dar con la tecla que ella quería he tenido que sudar y sufrir mucho.
XL. ¿Usted es de los que se calientan rápido y apuestan fuerte con los amigos?
J.R. Sí. De hecho, en septiembre correré la maratón de Berlín por una apuesta. Soy muy dado a entrar al trapo y decir: «¿A que no hay huevos?».
XL. Interpretó a Sito Miñanco en Fariña, serie por la que también pasará a la historia por su famoso desnudo integral.
J.R. ¡Jajaja! Lo que más pudor me dio fue verme después en la prensa ‘en bolas’ bajo este titular: «El primer desnudo integral de la historia de la televisión española». ¡Me quedé loco!
XL. Su padre era pescador de altamar; en Angola, Namibia… y tardaba seis o siete meses en volver a casa. ¿Le marcó?
J.R. Todo marca. Galicia es un potente matriarcado, sobre todo en la costa, y las mujeres son enormemente fuertes: llevan la casa, la economía, la educación de los hijos… Pero lo que más valoro de mi padre y de los marineros de esa industria es que ninguno quería trabajar de eso.
XL. Y se sacrificaron.
J.R. Claro, el sacrificio por tu familia lo es todo. La situación de mi familia no era única, a mis amigos les pasaba lo mismo. Pero mi padre no ha sido un padre ausente por trabajar fuera. Hay, seguro, padres más ausentes que el mío que duermen en casa cada día.
XL. ¿A usted le gusta tener mando en plaza?
J.R. Yo no prefiero nada en concreto, busco que me partan por la mitad, que me rompan, y dejarme llevar.
XL. ¿Teme, como algunos hombres, el empoderamiento de la mujer?
J.R. ¿Miedo? Para nada. Quienes lo teman tendrán sus complejitos o inseguridades. No veo ningún problema en lo que las mujeres están planteando. Vengo, además, de un lugar en el que son ellas quienes cortan la pana. ¡Como para pensar lo contrario!
Leticia Dolera, Barcelona (1981)
La hemos visto en las series Al salir de clase, Los Serrano, Hospital Central o Bajo sospecha, y en los filmes REC 3: Génesis y Requisitos para ser una persona normal, que escribió, dirigió y protagonizó.
XLSemanal. Tras haber dirigido cine, ¿al actuar se pone en el papel de la directora?
Leticia Dolera. No; lo separo muchísimo y más ahora que cuando no dirigía. Soy muy bienmandada, a veces demasiado…
XL. Implicada como está con el feminismo, ¿aceptaría hacer de mujer florero?
L.D. Sí, ser feminista no me priva de interpretar personajes que no lo son. Me interesa la complejidad humana: sus luces y sus sombras. No es tanto el papel que hagas como lo que cuentas al mundo: puedes estar haciendo de nazi y, a la vez, denunciando el nazismo.
Leticia Dolera: «Ser feminista no me priva de interpretar personajes que no lo son»
XL. A raíz del #MeToo abandera el movimiento No Es No…
L.D. No me siento abanderada de nada. Como decía Simone de Beauvoir, el feminismo es un modo individual de vivir, pero colectivo de luchar. Si abanderada es una mujer que dice lo que piensa y cree en una sociedad más justa e igualitaria, abanderadas del feminismo somos millones en el mundo.
XL. ¿Militar la ayuda en su profesión?
L.D. No me planteo si denunciar el machismo perjudica o no mi carrera. Unas veces me dicen que me perjudica y otras, que me he aprovechado de ello [ríe]. Luchar por esto es algo que está al margen de los logros profesionales.
XL. ¿El empoderamiento de la mujer que vivimos se va a desinflar a corto plazo?
L.D. A toda ola feminista le sigue una respuesta machista: el poder patriarcal se rearma. Y se están legitimando discursos machistas, homófobos y racistas desde ciertos partidos políticos que nos hacen retroceder. Por eso no debemos bajar la guardia para que la lucha se traduzca en leyes y haya un cambio verdadero.
Leticia Dolera: «Hay que exigir leyes que impidan abusos, no que una actriz dé el nombre de su acosador»
XL. El año pasado se despachó a gusto en los Premios Feroz y este 2019 le han devuelto su crítica a la gala con un buen ‘zasca’ [Ingrid García-Jonsson le dio una pulla por despedir a una actriz embarazada].
L.D. La gala de los Feroz cada año coge un tono más ácido y esta vez no solo me hicieron chistes a mí. Lo que pasa es que este tema es polémico y la polémica da clics en los medios digitales. Gusta más la polémica que las declaraciones pausadas y desde la razón.
XL. ¿No halló una solución más imaginativa antes que despedir a una embarazada?
L.D. No había otra solución y me da rabia que esto se manipule: este es un tema muy serio. Su papel era el de una mujer que toma la píldora para no tener hijos y ella, embarazada de seis meses, no encajaba en el personaje.
XL. Pero muchas series asumen los embarazos, y hasta adaptan el guion.
L.D. Eso lo puedes hacer en una serie de largo recorrido, no en una de ocho capítulos. Además, yo le ofrecí hacer otro papel y ella no lo aceptó. Me sabe mal y me molesta que se mezcle el feminismo con esto. En mi serie hay cinco mujeres embarazadas: tres técnicas y dos actrices. Y las contratamos sabiendo que iban a ponerse de parto en mitad del proyecto y que tendríamos que sustituirlas. Y ese coste no nos echó atrás.
XL. ¿Denunciar acoso sin dar nombres puede hacer que se dude de la denuncia?
L.D. ¿Lo dices porque no di el nombre del director que me tocó la teta? Pues ni siquiera dije lo que pasó porque en ese momento no me pareció relevante.
XL. Pero luego lo contó en un artículo.
L.D. Porque quise visibilizar que también aquí esto pasa, y no solo en el ámbito del cine. Las mujeres que no dan nombres quizá no los dan por miedo. mira el premio que te llevas si lo denuncias. No sales beneficiada por decir quién te ha acosado en el rodaje. La carrera de qué actriz ha saltado por decirlo.
XL. ¿Entonces?
L.D. Entonces lo que hay que exigir es educación en los colegios, leyes que impidan que los de la Manada estén en la calle… no que una actriz dé el nombre de quien abusó de ella.
Amaia Salamanca, Madrid (1986)
La hemos visto, entre otras series, en SMS, sin miedo a soñar; Sin tetas no hay paraíso; Gran Hotel; La embajada; Velvet, o Tiempos de guerra.
XLSemanal. En Qué te juegas interpreta a una empresaria insoportable y déspota…
Amaia Salamanca. Me gustó mucho hacerlo: siempre he tenido papeles más cándidos y sufridores y, como actriz, quieres interpretar un papel muy diferente de ti, que el público no vea a Amaia Salamanca, sino al personaje.
XL. Cuando una mujer llega al poder, ¿adopta formas masculinas de liderazgo?
A.S. En la película nos funcionaba eso, pero en la vida real no creo que sea así: conozco muchas mujeres en cargos muy altos y no son nada masculinas. Si haces bien tu trabajo, no tienes que convertirte en un hombre para que te respeten.
XL. Es muy activa en las redes, pero separa celosamente su vida familiar: nunca cuelga fotos de sus hijos ni de su pareja [el empresario sevillano Rosauro Varo].
A.S. Para mí es muy fácil: tengo muy claro lo que quiero. Soy activa en las redes cuando estoy trabajando: hablo de proyectos o de reencontrarme con amigos, pero quiero dar intimidad a mi familia. A veces la gente piensa que soy muy distante o seca; solo procuro mantener mi vida alejada de los focos.
Amaia Salamanca: «Me sienta a cuerno quemado cuando especulan sobre si soy anoréxica y banalizan eso»
XL. Es complicado cuando usted y su pareja son muy guapos, ricos y famosos… parece un cuento de hadas.
A.S. ¿Lo ves así? [Ríe]. Pues eso es lo malo: cada uno tiene que vivir su cuento de hadas, no el de los demás. Yo, por supuesto, lo he vivido, pero no porque haya buscado el príncipe azul: he vivido mi historia según han ido apareciendo las cosas y he ido disfrutando con lo que me iba sucediendo. Nunca he perseguido una vida maravillosa, me ha surgido así y puedo ser más feliz.
XL. Por cierto, ha tenido tres hijos y su cuerpo no lo acusa. Encima dice que come de todo y que le cuesta engordar. Esto fastidia un poco a muchas mujeres…
A.S. Puedo entender que eso fastidie; pero también me sienta a cuerno quemado si especulan sobre si soy o no anoréxica y banalizan con enfermedades muy importantes. Puedo ser un referente para ciertas niñas y no me hace ninguna gracia que se especule sobre eso.
Amaia Salamanca: «Cada uno debe vivir su cuento de hadas, no el de los demás. Yo, desde luego, vivo el mío»
XL. ¿Cómo vive la ola de feminismo?
A.S. Era muy necesaria porque todavía estamos en desigualdad. Y creo que hay mucha gente que sigue sin entender que ser feminista solo significa querer la igualdad, que no es lo contrario al machismo. En este sentido hace falta más educación.
XL. Una última curiosidad. Rosauro Varo es socio de Cabify, dicen que tiene entre mil y dos mil licencias de VTC. ¿Cómo ve este asunto?
A.S. Están pasando un momento muy duro, pero la ciudad ha de evolucionar y, como ciudadanos, debemos tener la capacidad de poder elegir entre taxi o VTC. Valoro que tiene que haber las dos alternativas. Yo uso bastante los VTC, pero sin ningún tipo de enchufe [ríe].
Look de portada: Leticia Dolera luce traje de Dsquared2 y camisa blanca de Ikkks; Javier Rey, traje y corbata de B Corner en Just One y camisa de Pedro del Hierro; y Amaia Salamanca, traje y camisa de Dsquared2
Estilismo: José Herrera y Verónica Suárez
Maquillaje y peluquería: (Amaia) Ivan Gomez para Chanel (Javier y Leticia) Naomí Gayoso.
Te puede interesar
Javier Rey: «La mayoría de lo que se publica sobre mi vida privada es trola. Pero hasta me divierte»