Más de cien millones de personas ligan gracias a las plataformas de citas ‘on-line’. Este alemán de 34 años es, por tanto, lo más parecido a una especie de Cupido. Dirige Tinder en Europa. Hablamos con Lennart Schirmer sobre cómo el mundo digital está cambiando el amor. Por Alexander Kühn Späth / Fotografía: Hermann Bredehorst
• Los riesgos de desenterrar viejos amores en las redes
Tinder nació en Los Ángeles hace 7 años; hoy, esta aplicación para encontrar pareja se puede descargar en 190 países y pertenece a la estadounidense Match Group, que cotiza en Bolsa. La compañía no desvela cuántas personas usan Tinder, pero se calcula que en todo el mundo más de 50 millones de usuarios utilizan esta aplicación. El alemán Lennart Schirmer, de 34 años, es el máximo responsable de Tinder para toda Europa.
XLSemanal. Parece que Tinder no ha hecho del mundo un sitio mejor: los sociólogos alertan de que tantas parejas disponibles produce una especie de embotamiento emocional.
Lennart Schirmer. Es justo al revés. Tinder nació inspirado en la generación Z, jóvenes de entre 18 y 25 años; son la mitad de nuestros usuarios y han crecido con las redes sociales. Los jóvenes se comunican de forma más visual, más breve y fugaz que los de 40 años, pero también son más abiertos y tolerantes.
XL. Y más duros seleccionando. Descartan con un dedo.
L.S. No, no creo que se pueda decir eso. Según un estudio, el porcentaje de matrimonios interculturales ha aumentado desde que existen las citas on-line. Para la generación Z, el género, los ideales de belleza y el credo religioso no importan tanto.
XL. Un estudio realizado en Estados Unidos revela que el 40 por ciento de las parejas heterosexuales se conocen on-line. La cifra llega a los dos tercios en las homosexuales. Las personas cada vez se enamoran menos cara a cara. Algo no va bien, ¿no?
L.S. Para la generación Z, dirigirle la palabra a alguien desconocido resulta bastante extraño.
XL. ¿Somos la última generación que se ha conocido cara a cara?
L.S. Bueno, sin Tinder yo no estaría con mi novia. Tuvimos un match y vimos que estábamos en la misma feria en Fráncfort. En un sitio así, nunca se me habría ocurrido acercarme a una mujer y decirle si le gustaría cenar conmigo.
«Hoy hay relaciones abiertas y ‘familias patchwork’. Para la generación Z, el género, la belleza y la religión no son tan importantes. Hemos llegado en el momento adecuado»
XL. Tinder no tiene la mejor de las famas: su app es sinónimo de mercado de citas de una noche y de infidelidades matrimoniales.
L.S. Esa es la imagen que los medios transmiten de nosotros. Pero no es cierta.
XL. Bueno, un estudio afirma que el 40 por ciento de los usuarios de Tinder tiene ya una relación estable. ¿Qué hacen ahí si no es buscar una aventura?
L.S. Esa cifra no coincide con las nuestras. Tinder es para solteros.
XL. Pues expertos señalan que las apps de citas tienen la culpa de que haya más separaciones.
L.S. Ese fenómeno empezó mucho antes de que existiera Tinder. La mayoría de las parejas de la generación de mis abuelos celebraba sus bodas de oro. La generación X, a la que pertenecen mis padres y que creció sin las citas on-line, tiene un índice de separaciones bastante mayor. Hoy hay relaciones abiertas, poliamor y ‘familias patchwork‘. Tinder, simplemente, ha llegado en el momento adecuado.
XL. Hoy, si una relación fracasa, siempre queda la opción de Tinder. Quizá por eso la gente luche menos por conservarla…
L.S. Antes, las parejas seguían juntas por falta de alternativas, entre otros motivos. En mi pueblo, de 2500 habitantes, cuando una relación se rompía, no se podía empezar inmediatamente una nueva; había que pensar en lo que diría la gente.
XL. En Tinder, a poco que una persona te aburra la descartas. En el mundo real, nadie actuaría así con los demás.
L.S. Desde luego, no en sitios pequeños, como en un pueblo, ahí sabes que a esa persona la vas a tener que seguir viendo durante los próximos 50 años. En Tinder existe la posibilidad de interrumpir el contacto sin tener que dar explicaciones. ¿Y por qué no habría de ser así? En la vida profesional, también recibes ofertas constantemente y no pasa nada por rechazarlas.
XL. ¿Tinder ha convertido el amor en un juego?
L.S. ¡Conocer a otras personas no es un juego!
XL. Pero su app puede generar adicción. Los estudios han demostrado que la acción de descartar perfiles es un potente estímulo para el cerebro.
L.S. Yo más bien diría que lo que Tinder genera es diversión.
XL. En Tinder, a las personas se las selecciona en función de las imágenes de su perfil. ¿No es eso bastante superficial?
L.S. ¿Y qué es superficial? Una vez, un usuario me contó que descartaba a una persona en cuanto veía que tenía en la mano el modelo de móvil equivocado. Le resultaba desagradable, pero al menos lo estaba reconsiderando.
XL. ¿Cuánto tiempo necesita un usuario para decidir si alguien le gusta?
L.S. ¿Cuánto tiempo necesita usted en la vida real para hacerse una idea de una persona? Probablemente la primera impresión se la haga en dos segundos, y treinta segundos después se haga otra idea, y una más al cabo de cinco minutos. ¿Probamos a ver cuánto tardo yo en elegir en Tinder? Mire, este es mi perfil…
XL. Sí, es usted. Lennart, 34 años, estudió en Noruega, está a menos de un kilómetro de distancia, le gusta el chocolate…
L.S. Vale, empecemos.
XL. Aquí tenemos a Teresa, de 35 años.
L.S. Me parece interesante, así que echo un vistazo a su biografía. ¡Oh, vaya, Teresa no ha rellenado nada! No, no me parece bien, preferiría saber algo de ella. Así que sigo. Aquí está Eva. Sí tiene biografía: smart people only, heteroflexible, relaciones abiertas. No, no es para mí. ¿Cuánto he necesitado? ¿Cinco segundos? ¿Diez? Hay gente que va más rápido: sí, sí, no, no, no.
«¡En Tinder no se ofrecen las personas! No funcionamos como una venta por catálogo. Es como cruzar la mirada con alguien en un bar»
XL. La verdad es que esto tiene algo de compra por catálogo, solo que no le están ofreciendo aspiradoras, sino personas.
L.S. ¡En Tinder no se ofrece a las personas! Es como un bar, entras y ves gente que también está interesada en tener una relación. En Tinder, cuando deslizo a la izquierda la foto de un usuario, es que no quiero nada con él. Si me gusta, la deslizo hacia la derecha. Si esa persona también me desliza a mí hacia la derecha, tenemos un match. Es como cruzar la mirada con alguien en un bar. A partir de ahí empezamos a chatear.
XL. ¿Cuántos usuarios ponen en su perfil la foto de otra persona?
L.S. No lo sé. Pero va en contra de nuestras directrices. Un equipo en Estados Unidos sanciona este tipo de vulneraciones a nivel mundial. Cualquier usuario puede denunciarlos a otro.
XL. ¿Qué saben de sus usuarios?
L.S. La edad. Dónde viven. Son datos que ellos ponen a nuestra disposición para que Tinder pueda funcionar.
XL. En 2017, una periodista francesa les exigió todos los datos que tuvieran sobre ella. Recibió 800 páginas, mucha información de carácter íntimo. Por ejemplo, la edad de los hombres a los que quería conocer y sobre qué cuestiones había chateado. ¿Qué hacen con esa información?
L.S. Custodiarla. Los datos están encriptados. Solo un reducido círculo de empleados de Tinder tiene acceso a ellos.
XL. ¿Cuánto dinero ganan con esos datos?
L.S. No vendemos datos de ningún tipo ni ganamos dinero con ellos. Más del 95 por ciento de nuestros ingresos vienen de los usuarios premium, cuyo número, por cierto, crece a toda velocidad. En 2018, los ingresos de Tinder alcanzaron los 800 millones de dólares, el doble que el año anterior. Solo el 5 por ciento viene de la publicidad. Los anunciantes pueden elegir quién ve su publicidad: por sexo, lugar de residencia, edad…
XL. ¿Ha cotilleado alguna vez los chats de sus usuarios?
L.S. ¡No! Todos los datos a los que tengo acceso son anónimos. Solo puedo extraer tendencias a partir de ellos. ¿En qué ciudad la gente desliza más los perfiles hacia la derecha? ¿Qué temas aparecen más en la biografía? Comidas, viajes y nada de citas de una noche. ¿Qué profesiones son las más atractivas? Las mujeres se decantan por ejecutivos de marketing, directores creativos, abogados. Los hombres, por azafatas, abogadas y cocineras.
Lennart Schirmer, de 34 años y máximo responsable de Tinder en Europa, conoció a su pareja en Tinder. Se habían gustado on-line y descubrieron que iban a acudir a la misma feria en Fráncfort, así que decidieron quedar allí y conocerse en persona
XL. Muchos se registran en Tinder a través de Facebook. ¿Ustedes pueden absorber los datos de mis amigos de Facebook? ¿Y Facebook tiene acceso a los datos de los usuarios de Tinder?
L.S. No sucede nada de eso.
XL. En Rusia no van a poder proteger la privacidad de sus clientes. una reciente ley los obliga a entregar a los servicios de inteligencia datos de los usuarios si les son requeridos. Si yo flirteo con alguien en Moscú, ¿Putin lee lo que nos decimos?
L.S. Es cierto que el Gobierno ruso se ha propuesto combatir la criminalidad y el terrorismo, y las empresas están obligadas a registrarse. Nosotros lo hemos hecho, pero no hemos compartido ni un dato con las autoridades rusas y no vamos a hacerlo. Rusia no nos ha solicitado ningún dato, así que no, Putin no lee lo que nos decimos.
PARA SABER MÁS
La fuerza de los lazos ausentes: integración social a través de las citas on-line. Estudio realizado por Josué Ortega (Universidad de Essex) y Philipp Hergovich (Universidad de Viena)
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