Investigadora, emprendedora, exministra, presidenta de la prestigiosa Fundación Cotec… Le hemos pedido a Cristina Garmendia que nos trace su personal hoja de ruta para la reconstrucción. Conviene tomar nota. Por María de la Peña Fernández Nespral / Foto: Carlos Carrión

Cristina Garmendia (San Sebastián, 1962) ha vivido estos meses de forma muy intensa la pandemia. Y no solo aportando soluciones como exministra de Ciencia e Innovación y presidenta de la Fundación Cotec, sino por el sufrimiento de la pérdida repentina de un familiar muy querido a causa del coronavirus. Además de ministra en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido investigadora, emprendedora y empresaria. Pero siempre ferviente defensora de la ciencia y la inversión en I+D. Nos cuenta su hoja de ruta para la recuperación. Lo hace desde San Sebastián, donde ha estado confinada con sus dos hijos, volcada en la lectura de publicaciones científicas y descubriendo una nueva faceta de sí misma: la de cocinera. «No había cocinado en mi vida», asegura.

XLSemanal. ¿Cómo ha llevado estos meses?

Cristina Garmendia. Ha sido dual. Por un lado, el sufrimiento del fallecimiento por COVID-19 de mi cuñado y el ingreso en el hospital, bastante grave, de mi hermana. Por otro, el regalo de haber convivido estrechamente con mis dos hijos. En ese aspecto ha sido un privilegio.

XL. ¿No le han entrado ganas de volver a la política?

C.G. Es una etapa cerrada. Guardo muy buen recuerdo, pero hay otras maneras de ayudar a tu país como, por ejemplo, estando cerca de los gobiernos, porque sin política no hay solución. Uno de los aprendizajes de estos meses es que la colaboración público-privada sale fortalecida.

XL. En su comparecencia en el Congreso a mediados de junio insistía en que España ha venido administrando su riqueza de espaldas al conocimiento.

C.G. Es uno de los errores de los que tenemos que aprender. Cuando viene una circunstancia excepcional como esta, se ven los efectos. Hay cinco países en Europa con menor PIB per cápita que España que han invertido más en I+D que nosotros, como Portugal. Nuestra contribución pública ha sido testimonial. Hemos retrocedido mientras los demás seguían avanzando.

XL. ¿Cómo cree que tiene que ser el perfil de un ministro de Ciencia?

C.G. Después de pasar por el Gobierno, he cambiado de opinión. Antes pensaba que un requisito fundamental era ser experto en la cartera. Ahora creo que el ministro tiene que ser el mejor político rodeado de los mejores expertos técnicos.

XL. ¿Qué opina del papel que ha tenido en la pandemia Pedro Duque?

C.G. No es fácil tener eco desde el Ministerio de Ciencia en un momento en el que las noticias son los contagios y los fallecimientos. Yo espero que en esta etapa de reconstrucción el Ministerio esté en un lugar visible y con reflejo presupuestario. El momento de la verdad son los presupuestos.

XL. ¿Cómo se mejora el sistema científico?

C.G. Los profesionales sanitarios y los investigadores han dado la mejor respuesta que cabía esperar, un 150 por ciento, pero no ha sido suficiente. Además de aumentar la inversión en I+D, hay que priorizar la inversión en digitalización y la excelencia científica, potenciar el trabajo en red e imbricar el trabajo científico con la propia sociedad y la empresa. Es fundamental. La sociedad también tiene que reclamar más inversión en ciencia. Yo creo que ha quedado claro que no hacerlo es una amenaza.

XL. ¿Cómo debe realizarse la digitalización en la Sanidad?

C.G. Qué difícil es para los profesionales sanitarios dar una respuesta si no se tienen los datos adecuados porque no hay suficiente digitalización. Tiene que organizarse como una estructura militar. Equipos distintos, y el profesional sanitario solo se tiene que ocupar de salvar vidas, no de los datos.

XL. Habla usted de inteligencia artificial y big data.

C.G. Exacto. Y España suspende en la calidad de sus datos.

XL. ¿Cree que estaremos preparados para la siguiente pandemia?

C.G. Quiero pensar que hemos aprendido la lección. Que los Presupuestos Generales del Estado van a plantear un esfuerzo importantísimo en digitalización, tanto en Sanidad como en Educación, y exigir al sistema una mejor organización. No se puede improvisar de la noche a la mañana.

XL. Usted ha dicho que no comparte el tópico de los que afirman que saldremos mejores de la pandemia. ¿Por qué?

C.G. No creo que salgamos mejores ni como individuos ni como sociedad. Lo que nos ha hecho distintos es que hemos estado asustados. En cuanto haya una vacuna, volveremos a ser como éramos. Para cambiar la realidad, no nos queda más remedio que hacer las cosas de una manera distinta. Espero que todo esto haya servido para algo.

«No creo que salgamos mejores ni como individuos ni como sociedad. Parecemos distintos porque estamos asustados»

XL. ¿Es optimista con la llegada de la vacuna?

C.G. Soy optimista. La financiación que se está invirtiendo para el desarrollo de la vacuna de la COVID-19 no tiene precedentes. Confío en que estará disponible para el primer trimestre de 2021.

XL. ¿Echa de menos a figuras inspirantes como lo fue Margarita Salas, que dirigió su tesis?

C.G. En esta pandemia ha emergido una persona con muchísima fuerza que es Margarita del Val (viróloga del CSIC). Es una investigadora que ha hecho un esfuerzo en comunicación impresionante. Es muy inspiradora.

XL. ¿Se necesita gente así, que comunique los resultados de la ciencia, lo que significa para nuestra vida?

C.G. Sí, hay que hacer un esfuerzo para relacionarse con la sociedad. Necesitamos también ‘misionalizar’ nuestra ciencia. A mí me gusta mucho el símil misional para que la sociedad se dé cuenta de la importancia de la ciencia y se enorgullezca de su sistema científico, midiendo los logros hito a hito.

XL. ¿Cree que ha faltado colaboración internacional?

C.G. Europa, en este momento, está mejor que nadie. Y es porque hay una Europa que funciona. Hemos vivido momentos muy trágicos, pero en estos momentos hay que señalarlo y defenderlo: más Europa. Entre todos somos mucho más fuertes. Ese es otro aprendizaje. Tenemos que definir una nueva manera de colaborar, una forma distinta de ensayar las políticas. Tenemos la mala costumbre de cambiar las políticas sin haber evaluado los resultados.

XL. ¿Qué otros retos deberíamos tener en cuenta?

C.G. Los educativos. La crisis ha acelerado el modelo de escuela en casa y hemos comprobado que no estamos preparados. La educación no puede dejar atrás a nadie. La vuelta al curso en septiembre está llena de incertidumbres.

XL. Ahora que podemos viajar, ¿se irá a algún sitio a descansar?

C.G. Este mes de julio voy a recuperar una de mis actividades favoritas: viajar sola al Pirineo, al valle de Arán. Para mí es como un sueño porque necesito muchísimo la soledad. Es la mejor terapia.

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