Tony Wheeler: «Viajar está en los genes del ‘homo sapiens'»

Lonely Planet. Con eso se dice todo. Este trotamundos británico de 74 años es el creador –junto con su esposa, Maureen– de las guías más populares del mundo. Retenido en Australia por la pandemia, Tony Wheeler habla con ‘XLSemanal’ sobre los grandes retos del turismo y el modo en que cambiará nuestra forma de viajar. Según augura, nada será igual. Por Carlos Manuel Sánchez / Fotografías: Jonathan Wong / Getty Images 

Si alguien puede presumir de ser un trotamundos profesional, ese es Tony Wheeler (Reino Unido, 74 años). Desde que abandonó el nido familiar, este británico afincado en Australia no ha parado de volar hasta que la pandemia lo ha confinado en su domicilio de Melbourne. No es un viajero solitario; su mujer, Maureen, ha sido mucho más que una compañera. Juntos escribieron guías de viaje y fundaron, hace medio siglo, la compañía Lonely Planet, la gran referencia mundial para viajeros. Los Wheeler empezaron como mochileros y acabaron millonarios. Hace una década vendieron sus acciones y la BBC calcula que la pareja se embolsó casi 160 millones de euros. Tony Wheeler ha aprovechado la reclusión forzosa para escribir En defensa del viaje. Por qué seguiremos viajando y por qué lo haremos de otra manera (Geoplaneta). Hablamos con él sobre la reinvención del turismo.

XLSemanal. Debe de estar usted como un león enjaulado…

Tony Wheeler. Nunca he estado tanto tiempo sin viajar. En Australia no nos dejan salir del país.

XL. ¿Cree que empezaremos a retomar el pulso a los viajes con pequeñas excursiones?

T.W. Sí. Haremos más viajes locales y menos rutas de larga distancia.

XL. ¿Será suficiente para relanzar el sector? En España es estratégico.

T.W. Es un principio. Volveremos a viajar. Eso está claro. Pero no igual. Hay que preguntarse qué viajes y qué turismo queremos. Porque antes de la pandemia no eran perfectos. Había muchas cuestiones que estaban sobre la mesa. Pero no hay respuestas fáciles.

XL. Vamos a por las difíciles…

T.W. El turismo de masas. ¿Queremos que Barcelona, Ámsterdam o Venecia vuelvan a los niveles de visitantes de antes de la pandemia? Hasta en países como Nueva Zelanda e Islandia había quejas por la masificación. Y acuérdese de los atascos en la cima del Everest…

«No es de recibo montarse en un avión en Londres para emborracharse en Magaluf. He estado en España muchas veces. Hay montones de buenas razones para ir. Y el alcohol barato no me parece una»

XL. ¿Y qué cree usted?

T.W. Que no es de recibo montarse en un avión en Londres para emborracharse en Praga durante el fin de semana. O en Magaluf. He estado en España muchas veces. Hay montones de buenas razones para ir. Y el alcohol barato no me parece una. La masificación conlleva complicaciones adicionales. Las tiendas de turistas desplazan a los comercios locales. Y a un visitante le resulta sencillo encontrar un apartamento con Airbnb, pero los residentes tienen más difícil y caro alquilar en su ciudad.

XL. ¿Qué podemos hacer?

T.W. Quizá no gran cosa. China ha pasado a convertirse en el primer país emisor de turistas. ¿Cómo paras esas avalanchas? El turista debe enriquecer su experiencia. Cuando estaba vinculado a Lonely Planet, uno de mis objetivos era convencer a los visitantes de que explorasen «dos calles más allá». Es asombroso lo diferente que es todo a dos manzanas de la calle principal. Venecia, por ejemplo… Los cruceristas luchan por abrirse paso a la plaza de San Marcos, pero a unos cuantos canales de distancia puedes entrar en una iglesia con un arte excepcional y eres el único turista.

XL. Hablemos del turismo de crucero. ¿Lo va a tener muy complicado para recuperarse?

T.W. Los operadores tendrán que ser más cuidadosos con la salud, con más servicios médicos a bordo y menos hacinamiento. El miedo pasará factura, pero tienen una ventaja: sus viajeros son muy fieles. Es un viaje cómodo. No hace falta encontrar un sitio donde alojarse cada noche ni buscar restaurantes… ¿Pero cuánto dinero dejan en la economía local? Los pasajeros desembarcan, dan una vuelta y se apresuran a regresar a bordo para la comida, que ya tienen pagada. Incluso las compras las hacen en el barco. Son barcos que, además, utilizan gasóleo pesado, que es barato, pero muy contaminante.

XL. Parece que la reinvención del turismo pasa por hacerlo más sostenible. ¿Ha calculado su propia huella de carbono?

T.W. ¡Oh, es terrible! Pero siempre procuro viajar por un interés genuino en el lugar que visito.

XL. ¿Hay grandes diferencias en cuanto a gasto energético entre viajar en avión, coche o barco?

T.W. El coste puede ser muy parecido si viajan cuatro personas en un coche o 250 en un avión. Sin embargo, los cruceros son una forma de transporte muy costosa. Un Boeing 787 con 250 pasajeros a bordo pesa 250 toneladas, una tonelada por cada pasajero. Mientras que los 2500 pasajeros de un crucero van en un buque de 100.000 toneladas; son 40 toneladas por pasajero.

XL. En el aspecto ambiental, ¿hay destinos mejor que otros?

T.W. Costa Rica ha implantado una economía centrada en el ecoturismo, renunciando a la explotación de los bosques. Y Maldivas quiere que toda su energía sea solar. Le va el futuro en ello porque la elevación del nivel de las aguas puede sumergir las islas. Por el contrario, Dubái se empeña en construir islas artificiales y aumentar las emisiones. No parece muy inteligente construir una pista de esquí cubierta en el desierto. Pero, además de la preocupación por el cambio climático, me preocupa el impacto que causamos en culturas frágiles.

«Viajar se va a convertir en un lujo para millonarios, como en el siglo XIX. Me preocupa sobre todo por los jóvenes. Viajar es una vacuna contra los prejuicios»

XL. ¿A qué se refiere?

T.W. A los turistas que exigen que la comida sea como la que toman en casa. O que se molestan si los lugareños no hablan su idioma. Es ese turismo que solo ve a la población local como camareros y limpiadoras. Y que no se preocupa si se expulsa a los pescadores de una playa para plantar tumbonas. O si se desvía el agua de beber de un pueblo para llenar las piscinas de los complejos hoteleros. Sin embargo, hay viajeros que también contribuyen a la defensa del planeta. Los clubes de buceo son casi lo único que se interpone entre los tiburones y la sopa de tiburón.

XL. Algunos expertos auguran que viajar será más caro…

T.W. Temo que viajar se convierta en un lujo solo para millonarios, como en el siglo XIX. Si hay menos líneas aéreas y si los aviones transportan menos pasajeros, se elevarán las tarifas. Me preocupa sobre todo por los jóvenes.

XL. ¿Habla de los mochileros?

T.W. De los jóvenes en general. Los que hacen el Interrail o los que estudian fuera. Para la gente joven es importante viajar. Ver las cosas con sus propios ojos. Conocer gente. Es una vacuna contra los prejuicios.

XL. En Australia es tradición tomarse un año sabático antes de entrar a la universidad.

T.W. Los jóvenes necesitan abandonar la comodidad del nido. Creo que estar un año viajando por el mundo educa mucho más que los dos primeros años de universidad. Lo que importa son las personas. Vas ligero de equipaje, con poco dinero, aprendes a compartir, a tener paciencia, a disfrutar con poco.

«Cuando volvamos a viajar, evitaremos el contacto con las personas y las cosas. Los bares de tapas en España deberán reinventarse»

XL. En plena tercera ola parece una pregunta retórica, ¿pero cuándo volveremos a viajar?

T.W. Siendo realistas, cuando haya mucha más gente vacunada. Vamos a salir de esto despacio.

XL. ¿La seguridad sanitaria será una prioridad?

T.W. Acabaremos llevando un pasaporte sanitario, con los sellos de las vacunas, que demuestre que no somos un riesgo. Pero nos acostumbraremos.

XL. Después de tantos meses sin salir del país o de la comunidad, vamos a sentirnos muy raros…

T.W. Desde luego, buscaremos el modo de reducir el contacto no solo con otras personas, sino también con las cosas. Evitaremos el dinero físico. Y no le auguro un gran futuro al bufé del desayuno en los hoteles. Los bares de tapas en España deberán reinventarse.

XL. Los que sobrevivan después de tanto cerrojazo a la hostelería…

T.W. Reactivar la economía es una razón de peso para que los viajes regresen; pero hay otro motivo. Los seres humanos fuimos cazadores-recolectores. El viaje forma parte de nuestros genes. El Homo sapiens viajó desde África a Europa.

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