«Kamala Harris puede ser muy dura, pero al mismo tiempo increíblemente encantadora»

Ningún periodista conoce tanto a Kamala Harris como Dan Morain. Sigue su carrera desde hace más de 25 años. Ahora acaba de escribir su primera biografía. En esta entrevista, nos desvela los comienzos de la primera vicepresidenta de Estados Unidos y por qué se la subestima con tanta frecuencia. Por Marc Pitzke / Fotografía: Celeste Sloman / Redux / Contacto, Héctor Amezcua y Getty Images

Dan Morain trabajó 27 años para Los Angeles Times, el principal diario de California, el estado donde la nueva vicepresidenta inició su carrera política. Cubre, además, la información del Capitolio desde 1992. Es decir, ha seguido la trayectoria de esta abogada californiana de 56 años, curtida en los sórdidos juzgados del lado este de la bahía de San Francisco, que allá por 2003 se convirtió en fiscal de distrito de esa ciudad, luego en fiscal general del Estado, después en senadora y, finalmente, en inquilina del número 1 de la Rotonda del Observatorio, en Washington, residencia oficial de la Vicepresidencia. Los lectores ansiosos por conocer a esta mujer tienen en el nuevo libro de Morain, Kamala Harris: la vida de la primera mujer vicepresidenta de los Estados Unidos (Roca Editorial), una visión amplia del trayecto de esta hija de una india tamil y un jamaicano que, desde las trincheras del sistema de justicia, consiguió llegar al poder sin renunciar a su compromiso con el servicio público y con aquellos a quienes ella llama los «sin voz y vulnerables». De todo ello y mucho más hablamos con su biógrafo en esta reveladora entrevista.

XLSemanal. Empecemos por la pregunta inevitable: ¿qué sintió como norteamericano ante el asalto al Capitolio?

Dan Morain. Fue una insurrección en toda regla. La gente que lo organizó y que tomó parte en ella debería pasarse una larga temporada en la cárcel. Políticos incluidos. ¡Y el presidente los incitó, eso es lo más descabellado de todo! Es alta traición. Sedición. Si hubiesen sido negros, ahora estarían muertos, sin duda.

XL. ¿Y eso no hace que el nombramiento de la primera vicepresidenta negra del país sea aún más relevante?

D.M. El racismo es un componente más de esta nación. Los racistas son una minoría, pero con Trump han conseguido voz. Pasará a la historia como nuestro peor presidente. Por otro lado, todos estos acontecimientos dicen mucho sobre nuestro sistema educativo: la gente no sabe nada sobre esta nación, su Constitución y lo que significa.

«No era la mejor fiscal del mundo. Se mostraba tibia en cuestiones como la pena de muerte. Es buena política. Aprovecha las oportunidades»

XL. Muchas personas solo conocen a Harris desde que llegó al Senado. Usted la conoce desde hace más tiempo que la mayoría de los analistas políticos. ¿Desde cuándo?

D.M. La primera vez que escribí sobre ella fue en noviembre de 1994, cuando trabajaba para Los Angeles Times. Willie Brown, presidente de la Asamblea del Estado de California y, más tarde, alcalde de San Francisco, la nombró para un puesto especialmente bien pagado. Kamala solo tenía 30 años y venía de ser fiscal adjunta de distrito, y de repente le dan un cargo con una retribución tan alta…

Su madre, Shyamala, fue una científica especializada en cáncer de mama. Su hermana pequeña, Maya, también es abogada. A la derecha, Kamala obtuvo el ‘juris’ doctor en Leyes por la Universidad de California en 1990.

XL. Brown y ella eran pareja sentimental. ¿Se sabía entonces?

D.M. Sí se sabía, ya lo había destapado otro columnista. Por eso, mi periódico consideró que ahí había tema.

XL. Publicó comentarios muy duros sobre ella cuando fue fiscal de distrito de San Francisco y, más tarde, como fiscal general de California…

D.M. No era la mejor fiscal del mundo. Otros eran más agresivos, se implicaban más en temas importantes. Se mostraba tibia en cuestiones relevantes sobre las que debería haber adoptado una posición clara.

XL. ¿Por ejemplo?

D.M. En California se celebraron dos referéndums para abolir la pena de muerte. Harris no se posicionó. Como principal defensora de la ley en el Estado que era, debería haberlo hecho.

Está casada con Douglas Emhoff, también abogado, desde 2014.​ Su patrimonio neto estimado se acerca a los seis millones de dólares.

XL. ¿Por qué no manifestaba su opinión sobre ciertos temas como la pena de muerte?

D.M. La explicación que daba es que tenía que representar al Estado en los tribunales y que pronunciarse debilitaría su posición y la de su departamento. Pero en otros estados los fiscales generales han encontrado la forma de resolver esa disyuntiva y se han posicionado ante medidas similares.

XL. A todo esto, la pena de muerte sigue en vigor en California, aunque no se aplica debido a una moratoria.

D.M. Así es. Mire, le pondré otro ejemplo: en 1994, California aprobó la versión más dura de todas las leyes penales de Estados Unidos, la llamada three strikes law: lo de ‘tres strikes‘ significa que la gente que cometía un tercer delito recibía una condena de cárcel especialmente larga. La consecuencia era que personas que habían cometido delitos menores relacionados con la droga, me refiero a posesión, no a narcotráfico, podían acabar con condenas de 25 años a cadena perpetua. Era absurdo y solo consiguió que un montón de gente terminara en la cárcel. En 2012 hubo una iniciativa en California para retirar la ley, pero Harris –fiscal general del Estado en aquellos momentos– tampoco se posicionó. Es algo que no termino de entender.

«El presidente de la Asamblea del Estado de California la nombró para un puesto especialmente bien pagado. Eran pareja sentimental»

XL. Decisiones de ese tipo contribuyeron a restarle posibilidades en las primarias para la elección del candidato demócrata a la Presidencia.

D.M. Y, pese a todo, mírela, la próxima vicepresidenta.

XL. ¿Cómo lo ha conseguido?

D.M. En parte, porque es una buena política. Piensa de forma estratégica. No piensa solo en el próximo paso, siempre mira más allá. Es valiente. No elude la pelea. Pero, por otra parte, hay una dosis importante de buen timing y también de suerte. Ha estado muchas veces en el lugar adecuado en el momento adecuado. Ha sabido reconocer las oportunidades que se le brindaban y las ha aprovechado.

XL. En su libro relata cómo muchos rivales de Harris han cometido el error de subestimarla.

D.M. En 2010, cuando se presentó a fiscal general de California, compitió contra el republicano Steve Cooley, fiscal de distrito de Los Ángeles durante muchísimos años. Cooley era más popular y tenía mucha más experiencia. Estaba convencido de que era imposible que pudiera perder ante ella. Su equipo y él subestimaron las capacidades de Harris… y perdieron.

XL. Aquella vez también hizo falta mucho tiempo para contar los votos, ¿no es cierto?

D.M. Así es. Incluso Cooley llegó a declararse ganador la noche de la votación.

«Obama y ella no se pueden comparar. Los dos son negros, bien, pero él es más intelectual, tipo profesor. Ella es dura. Pero los dos se ayudaron mutuamente»

XL. Kamala Harris apoyó desde muy pronto a Barack Obama, la estrella ascendente de los demócratas.

D.M. Fue la primera política que apoyó a Obama en 2007 como candidato a la Presidencia. No fue una decisión fácil. California estaba con Hillary Clinton, y Obama solo era un joven senador del South Side de Chicago. Harris apostó decididamente por él. Fue un paso valiente. Supongo que llegó a la conclusión de que apoyar a aquel advenedizo era lo más inteligente.

Fue la primera política en apoyar a Obama como candidato a la Presidencia.

XL. A los dos se los compara a menudo.

D.M. Es una comparación que solo vale en lo superficial. Ambos son negros, bien, pero Obama es una persona con un perfil mucho más intelectual. Ella es fiscal, y como tal debe ser especialmente dura. Él es más bien del tipo profesor. Lo que es cierto es que los dos se ayudaron mucho mutuamente cuando entraron en política. Estuvieron el uno al lado del otro desde los inicios de sus respectivas carreras. Y es algo que ninguno ha olvidado.

XL. ¿Cómo es personalmente Kamala Harris?

D.M. Muy carismática. Cuando entra en una habitación, se llena de luz. La he visto en las distancias cortas, tiene una forma de ser que resulta realmente cautivadora. Es una de esas políticas que mantienen el contacto visual cuando hablan contigo y te hacen sentir que eres la única persona en la sala, aunque no lo seas.

XL. ¿Y en privado?

D.M. Harris es igual en privado que en público. La gente la ha visto en el Senado apretando al candidato al Tribunal Supremo Brett Kavanaugh o al que fue secretario de Justicia de Trump, Jeff Sessions, hasta conseguir que respondieran con balbuceos. Pero también es la invitada estimulante y cautivadora que va al programa de Oprah Winfrey. Puede ser muy dura y al mismo tiempo increíblemente encantadora, humana, divertida. Tiene una risa muy contagiosa, y luego esa sonrisa impagable…

XL. A sus 78 años, Joe Biden va a ser el presidente de más edad en llegar al cargo. ¿Cree que Harris está preparada para, llegado el caso, ser presidenta?

D.M. ¿Quién está preparado de verdad? ¿Obama estaba preparado para ser presidente? No. Es una tarea gigantesca. Pero creo que Harris es una persona que aprende muy rápido. Y trabaja duro. Tiene el potencial para ser una vicepresidenta con un papel muy relevante, sobre todo si pensamos que la composición del futuro Senado será 50 a 50 y que ella tendrá un voto de calidad para deshacer los empates. Eso significa que será el rostro de todas las votaciones ajustadas. Es una situación totalmente novedosa en Estados Unidos, lo que nos devuelve otra vez a la cuestión de su buena suerte, ¿no le parece?

Rivales en la carrera por la candidatura demócrata, Joe Biden la anunció como su ‘vice’ el pasado agosto

XL. Los sucesos del pasado 6 de enero han trastocado completamente los planes de la nueva Administración. ¿Cómo van a ser capaces Biden y Harris de poner en práctica su agenda de gobierno en semejantes circunstancias, por ejemplo, en la lucha contra el coronavirus?

D.M. Son personas inteligentes. Por ejemplo, ha sido muy inteligente escoger a Merrick Garland como secretario de Justicia. Le aporta una dignidad al cargo que no veíamos desde hacía bastante tiempo.

«Es muy carismática. De esas políticas que mantienen el contacto visual cuando hablan contigo y te hacen sentir que eres el único en la habitación. Su sonrisa es impagable»

XL. Y también le aporta una experiencia que resulta especialmente conveniente en estos momentos: en 1995 trabajaba como asistente del fiscal general adjunto en el Departamento de Justicia y se hizo cargo de la investigación del atentado ultraderechista de Oklahoma City, en el que murieron 168 personas. Es decir, conoce muy bien el campo del terrorismo interior.

D.M. El atentado de Oklahoma fue traumático para Estados Unidos. Pero también sacó a la luz ese tema recurrente que es la violencia derechista, racista. Lo que ocurrió el 6 de enero en el Capitolio no ocurrió en un vacío histórico. Hasta el año pasado, el último estado no eliminó el símbolo confederado de su bandera…

XL. … el estado de Misisipi.

D.M. Sí, así es. Pero tiene usted razón, Biden y Harris tienen que centrarse, lo primero, en la pandemia de coronavirus. Deben resolver este problema, hacer que se vacune a la gente y que podamos recuperar cierta normalidad. Lo bueno es que ninguno de los dos es enemigo de la ciencia. Harris es hija de una bióloga y un economista. Seguirán los consejos de los mejores expertos en salud. Y quién sabe, a lo mejor el año que viene por estas fechas ya podrá venir usted a California, y nos iremos a tomar una cerveza juntos.

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