Lucense, 86 años. Científica del CSIC, pionera en el estudio de los suelos de España y experta en la prevención de incendios forestales. Lleva un año confinada por recomendación médica. Por Raquel Peláez /Fotografía: Daniel Méndez

→ Llevo confinada casi todo el año porque tengo una enfermedad del corazón. En 1958 entré en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y continuaré, si vivo, hasta 2023. Soy doctor ad honorem, sin retribución económica y me permiten trabajar en casa. Soy edafóloga, estudio todos los aspectos relacionados con el suelo.

→ Mis padres querían que todos sus hijos fueran a la universidad. Yo era su primera hija y quería ser periodista, pero me pidieron que estudiara Farmacia. Empecé la carrera y me gustaba, pero un profesor me pidió que me fuera para su laboratorio y, allí, el virus de la investigación se introdujo en mi corazón. Tras licenciarme, hice Ciencias Químicas y conseguí el Premio Extraordinario.

→ Creo que la formación de esta generación de jóvenes no es tan buena como la que tuvimos en la mía, pero la culpa seguramente no es suya, sino de los gobiernos. Eso sí, de joven me encantaría haber disfrutado de algunas de las tecnologías que tienen ahora como el ordenador, la impresora o los teléfonos móviles.

→Yo nunca he ejercido el movimiento feminista. Yo no he sufrido mucho machismo en mi carrera.

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