Granada, 1964. Soy coreógrafa y bailarina, directora de los Teatros del Canal y de la 36.ª edición del Festival Madrid en Danza, que se está celebrando hasta el 30 de mayo, con una mirada especial al País Vasco. Por Virginia Drake / Foto: Javier Ocaña
XLSemanal. Casi dos meses de festival de danza, en un año complicado. ¿Qué podemos ver?
Blanca Li. Hay 23 estrenos, cinco de ellos absolutos, con compañías de Italia, Francia y sobre todo España: es un momento muy bueno para apoyar la danza de algunas de nuestras comunidades autónomas.
XL. Con su tan apabullante currículum, llama la atención qué poco la conocemos.
B.L. He vivido muchos años fuera y mi trayectoria ha sido más internacional. Llevaba casi 30 años viviendo en París.
XL. A los 17 se fue a Nueva York para estudiar con Martha Graham.
B.L. Sí, y después a Francia para crecer como coreógrafa. Allí se apoya muchísimo más la danza. De hecho, soy la primera mujer coreógrafa que entra en la Academia de Bellas Artes Francesa.
XL. Activa en la Movida madrileña, ¿qué fue lo primero que hizo al llegar a París?
B.L. París también era una ciudad muy loca y, al llegar, monté un pequeño cabaret: yo llevé la Movida allí [ríe]. Después, monté mi propia compañía de danza.
XL. Sus coreografías se representan en la Ópera de París, Nueva York, Berlín. Ha trabajado con Coldplay, Beyoncé, Paul McCartney, Kylie Minogue. ¿A usted el mundo se le queda pequeño?
B.L. Nooo [ríe]; de hecho, volver a España ha sido maravilloso, más en este momento, y a Madrid, que está siendo un ejemplo de cultura segura para todo el mundo. Ahora se está descubriendo el enorme valor de la cultura. El público se emociona más y llora, la sensibilidad es extrema. A veces se nos pone la piel de gallina viendo que la emoción es colectiva, también por parte de los artistas.
XL. Así que ha regresado a España cuando en Francia se han puesto las cosas más difíciles por el coronavirus.
B.L. No, ¡jajaja! Me nombraron directora de los Teatros del Canal justo un par de meses antes de empezar la pandemia.
XL. Asegura que tener muchos seguidores en la Red está sobrevalorado, ¿lo dice porque tiene menos de los que quisiera?
B.L. [Ríe]. No, lo digo porque hay todo un mercado detrás y los jóvenes tienen que saber que no es lo más importante.
XL. Su marido es profesor de Matemáticas, ¿tienen hijos?
B.L. Sí, dos, de 14 y 16 años, por eso sé de qué hablo [ríe]. Los jóvenes tienen que disfrutar de las redes sociales de forma natural. Hay que educarlos para que no sientan esa frustración. Lo lógico es que a los que no son profesionales les siga solo su grupo de amigos.
Desayuno: muy sencillo
«Yo solo quiero un trocito de pan con aceite y sal. Y un café con leche. Si estoy en España, a lo mejor le pongo un poco de jamón ibérico».
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