Amigos y colaboradores trazan el perfil más íntimo de Guillermo de Cambridge, el hombre llamado a ser rey de Inglaterra. Y todos coinciden: «En absoluto se siente atrapado», como afirmó su hermano, Enrique de Sussex, en la famosa entrevista televisiva. Así es el futuro Guillermo V. Por Roya Nikkhah / Fotos: Hugo Rittson Thomas / Getty Images
El 29 de abril, el príncipe Guillermo celebró el décimo aniversario de su boda y el día que se convirtió en duque de Cambridge.
En aquel momento tenía 28 años y no pocas dudas. No terminaba de estar preparado para asumir sus reales deberes. Diez años después, su situación es muy distinta.
En la celebérrima entrevista con Oprah Winfrey, su hermano, Enrique, y su esposa, Meghan, acusaron a la familia real británica y su entorno de racismo y de despiadada desconsideración para con una recién llegada con tendencias suicidas. Enrique agregó que Guillermo se encontraba atrapado por «el sistema»; «mi hermano no puede evadirse del sistema, pero yo lo he hecho». Tras la emisión de la entrevista, el duque se quedó «conmocionado», en palabras de una fuente que lo conoce bien. «No dejaba de darle vueltas, era incapaz de pensar en otra cosa». Cuatro días después de que los Sussex se despacharan a gusto, Guillermo respondió con rabia apenas contenida al preguntarle por las acusaciones de racismo: «Nuestra familia no es racista ni de lejos». A continuación confirmó que los hermanos llevaban tiempo sin cruzar palabra: «No, no he hablado con Enrique. Pero voy a hacerlo».
«Guillermo echa de menos a Enrique. Lo compartían todo, se veían a diario… Sigue estando molesto, pero cree que con el tiempo sabrán hacer las paces»
Un buen amigo de ambos considera que Enrique «exageró un montón» al afirmar que su hermano se sentía «atrapado por el sistema». Guillermo, añade, en absoluto ve las cosas así. «Tiene un camino que seguir y lo acepta. Se parece mucho a su abuela, tiene clara la importancia del deber y del servicio».
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El 17 de abril Enrique volvió para asistir al funeral del duque de Edimburgo. Los hermanos apenas se dirigieron la palabra
En los días posteriores al programa de Oprah, Guillermo no hizo más que hablar con la reina Isabel y con Carlos, el príncipe de Gales, sobre la manera más adecuada de responder a los Sussex. Insistió en la conveniencia de que la reina abordara la cuestión racial en una declaración oficial y dejara claro que se trataba de un problema de importancia «del que vamos a ocuparnos».
A Guillermo no le gusta ser «un personaje que está para cortar las cintas en la inauguración de turno», y las cuestiones que le preocupan y a las que dedica su tiempo -la salud mental, el racismo, los sintecho y el medioambiente- permiten atisbar los planes del futuro monarca Guillermo V. Un amigo explica: «Guillermo es un conservador a la vieja usanza, situado en el centroderecha moderado y con inquietudes sociales. Valora la tradición, pero entiende que puede ir más allá y dejar su impronta, sin limitarse a cumplir con las obligaciones reales».
Trabajar en equipo
La estrategia seguida por Guillermo está resultando efectiva. Después del episodio con Oprah Winfrey, una encuesta en la que se pregunta a los británicos sobre sus miembros predilectos de la familia real sitúa al duque de Cambridge justo por debajo de la propia reina. No mucho tiempo atrás, esto hubiera resultado impensable: la prensa hablaba de «Guillermito, poco amigo de currar» y de «un príncipe a desgana», con el argumento de que hacía menos horas de labores reales a la semana que sus abuelos nonagenarios. No resultó de ayuda que en 2017 fuera fotografiado en las pistas de esquí suizas en lugar de asistir a una cumbre de la Commonwealth.
Guillermo, que continuaba trabajando como piloto de una ambulancia aérea, «pilló un cabreo de campeonato», recuerda un amigo. «Se marchaba de casa a las cinco y media de la mañana cada día y volvía entrada la noche… Y la gente lo criticaba porque no dedicaba más tiempo a su otro trabajo».
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Trabajó en las ambulancias aéreas durante dos años. «Lo hizo para probarse que era alguien por sí mismo», dice un amigo.
Durante dos años, Guillermo pilotó un aparato de East Anglian Air Ambulance estacionado en el aeropuerto de Cambridge. En esos días se encontró con «situaciones tristes y traumáticas, con niños de por medio más de una vez». A la vez, el trabajo le apasionaba porque era «un trabajo en equipo. Distinto a mi otra ocupación, en la que frecuentemente te sientes más solo que la una», como él mismo explicó.
«Ni por asomo me paso las noches soñando con ser rey»
En opinión de un antiguo asistente de la familia real, «tras la boda con Kate Middleton, Guillermo seguía teniendo claras ciertas cosas. Como solía decir: ‘Si no te andas con cuidado, las obligaciones de la realeza pueden quemarte antes de tiempo’». Y agregaba: «Ni por asomo me paso las noches soñando con ser rey». No terminó de asumir todas esas obligaciones hasta el otoño de 2017, cuando reconoció que el futuro de los Cambridge exigía que pasaran más tiempo en el ‘cuartel general’ de la monarquía. Momento en que se marcharon de Norfolk y se asentaron en Londres, donde su hijo Jorge empezó a asistir a la escuela.
Su previo trabajo como piloto de ambulancia aérea no era del agrado de todos en palacio. Ciertos prominentes miembros de la corte no veían bien que el futuro monarca dedicara su tiempo a unas labores poco menos que plebeyas. Pero a Guillermo no había quien lo convenciera de otra cosa. A saber lo que dichos cortesanos pensaron en 2019 cuando Guillermo se integró durante tres semanas en un grupo formado por funcionarios de la inteligencia británica -espías del MI5, el MI6 y el GCHQ- con intención de que le enseñaran los métodos con los que combaten el terrorismo.
Unos años de vida ‘normal’
Miguel Head trabajó con el príncipe durante 14 años, desde 2018 como secretario particular de Guillermo. «Si eres un príncipe, la gente siempre te dice que eres fantástico y maravilloso», comenta Head. «Por eso se puso a trabajar en las ambulancias aéreas, para probarse a sí mismo, para demostrarse que era alguien por propio derecho, alguien muy capaz de hacer las cosas bien. De no haber pasado por esta etapa, siempre le faltaría algo».
«Lo que le ha marcado es el matrimonio. El sentido común y la serenidad de Catalina han sido fundamentales», comenta un buen amigo de ambos
Otro estrecho colaborador considera que el plan de llevar unos años de vida familiar ‘normal’ al final ha dejado sus dividendos. «Guillermo nos preguntó si seríamos capaces de trazar un plan, practicable, que le permitiese llevar una vida familiar al uso durante varios años, con la idea de que su perfil público fuera incrementándose poco a poco. La cosa llevó su tiempo, pero el proyecto al final salió bien, y Guillermo hoy tiene mayor seguridad en sí mismo y lleva mejor su papel. Ya no sufre por la privacidad de sus hijos y, a la vez, ha tenido ocasión de ser el padre que ha querido ser».
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A la izquierda, los duques de cAmbr5idge con sus tres hijos -Jorge, Carlota y Luis- aplaudiendo a los sanitarios durante el confinamiento. A la derecha, el día de su boda. Sus amigos aseguran que él se deshace en elogios hacia ella.
«Lo que le ha marcado es el matrimonio -asegura un amigo-. El sentido común y la serenidad de Catalina han sido fundamentales. Guillermo, en su momento, se sentía frustrado por las intromisiones de los periodistas, pero hoy es más hábil a la hora de utilizar el poder de los modernos medios de comunicación para que la opinión pública tenga una mayor sensación de cercanía».
Varios amigos coinciden en que la pareja se rige por la más absoluta igualdad, y de ahí que el matrimonio funcione. «Su relación no puede ser más sólida -afirma una amiga-. No hay celos ni fricciones, cada uno se alegra de los éxitos del otro». En privado, dice, Guillermo se deshace en elogios al hablar de Kate.
Con su hermano, la relación era más complicada. Los hermanos tenían desavenencias sobre su labor y la forma de llevarla a cabo; también sobre las jerarquías familiares. Guillermo insiste en atenerse a las normas, y Enrique no tanto, por lo que las discusiones eran inevitables. Lo que Guillermo no esperaba era que su hermano decidiera hacer las maletas y marcharse a América.
«Ahora está más cerca de su padre. Bromea con que es más parecido al príncipe Carlos de lo que le gustaría reconocer. Los follones con Enrique los han unido aún más»
Los dos salieron a dar un largo paseo juntos, para que ‘corriera el aire’ después de la ‘cumbre de Sandringham’, en la que Meghan y Enrique anunciaron su marcha. Pero no se despidieron como amigos. Lo que más molestó a Guillermo fue que Enrique y Meghan lanzaran la web Sussex Royal por sorpresa: un portal que venía a ser el embrión de futuras empresas comerciales, nominalmente vinculadas a la monarquía británica.
Y cuando la reina vetó por decreto el uso de la palabra ‘royal’ en dichos proyectos empresariales, en el portal respondieron de forma revirada: «Es un hecho que la monarquía carece de potestad alguna sobre el empleo del término ‘royal’ en países extranjeros. Hecha esta aclaración, el duque y la duquesa de Sussex quieren dejar claro que no tienen intención de utilizar las palabras ‘Sussex royal’ o ‘royal’».
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Guillermo con la reina Isabel, con la que tiene, dicen sus allegados, una muy buena relación.
Un prominente miembro de la Casa Real remarca que, «por vergonzosas que resulten, esas palabras siguen apareciendo bien visibles en el portal de marras». Y una persona cercana a Guillermo añade: «Al verlas, Guillermo pensó ‘hasta aquí hemos llegado’. Le disgustaba que Meghan y Enrique le faltaran al respeto a la reina».
La importancia de la lealtad
Ahora se da la paradoja de que Guillermo echa de menos a Enrique. «Una vez superado el enfado, se encontró con que su hermano había desaparecido de su vida -explica un cortesano-. Y los hermanos lo compartían todo. Tenían el mismo despacho, trabajaban al frente de la misma fundación, se veían casi todos los días, se llevaban bien y lo pasaban bien cuando estaban juntos… Siempre va a echarlo de menos». Otro amigo comenta: «Lo sucedido sigue escociendo. Guillermo sigue sintiéndose molesto por toda esta historia, pero cree que con el tiempo Enrique y él sabrán hacer las paces y recomponer la relación».
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Esta foto de septiembre de 2018 muestra una felicidad que, según los duques de Sussex, no era tal. Meghan denuncia ahora racismo y un acoso que la llevó a pensar en el suicidio.
Durante la entrevista con Oprah, después de haber dejado caer unos cuantos bombazos muy destructivos, Enrique declaró: «Yo quiero a Guillermo con locura […]. La relación ahora mismo está estancada, pero el tiempo lo cura todo, o eso espero».
En paralelo a la desunión con su hermano, Guillermo se ha acercado a la reina y al príncipe Carlos. Los amigos aseguran que la relación con Carlos «se ha renovado». «Durante años tuvieron fricciones, por dinero, trabajo, rivalidades personales, Diana… -explica uno de ellos-. Guillermo también ha evolucionado. Ahora está más cerca de su padre, se da cuenta de las similitudes que los unen. Durante la celebración de su boda, Guillermo incluso bromeó y vino a decir que era más parecido a su padre de lo que le gustaría reconocer. Lo que nos hizo reír. Ambos son conscientes de que sus respectivos destinos están cada vez más próximos, lo que refuerza el vínculo. Los follones con Enrique también han hecho que se sientan más unidos».
«La prensa lo tachaba de vago y se pillo un cabreo de campeonato. Pilotaba una ambulancia aérea y volvía de trabajar de noche, pero lo criticaban por no asistir a actos reales»
Guillermo, sin duda, se convertirá en un monarca más moderno que los precedentes, pero no por ello deja de ser un animal de costumbres. Sigue teniendo el mismo pequeño círculo de amigos del colegio, y uno de ellos apunta: «Para él, la confianza y la lealtad lo son todo». En los ratos libres juega al fútbol sala (aprovechando para lucir las medias del Aston Villa de sus amores), se acerca a su gimnasio en el barrio de Chelsea -el mismo al que iba con su madre- y en público viste ropas elegantes pero informales.
«Guillermo no se esfuerza en aparentar lo que no es -dice otro amigo-. No quiere ser percibido como irrelevante o sin personalidad, pero no soporta que lo comparen con las celebrities. La gente no sabe lo divertido que puede ser, y eso que suele ser igual en público que en privado. En una ocasión, él mismo dijo: ‘Voy a estar a la vista de todos durante lo que me queda de vida. No puedo esconder nada porque terminarán por descubrirlo’».
Foto apertura: Preparado para asumir su destino. El 21 de junio, Guillermo cumplirá 39 años. El que fuera su secretario asegura que, «aunque no es amante de las ceremonias, entiende su importancia. Sabe que mucha gente se siente fascinada por la magia de la monarquía».
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