Una lectora nos mandaba esta carta a la sección El bloc del cartero de Lorenzo Silva

«Vago, sinvergüenza, ya es hora de volver a trabajar tras tantas vacaciones, quién fuera maestro…». Palabras que cada septiembre duelen. Ahora mételas en tu mochila y vete al colegio, al curso más difícil que quizá vayas a vivir. Toma aire, ensaya tu sonrisa y entra en la sala de profesores. No hay ya murales ni decoración, todo está señalizado y las ventanas, abiertas. Tus compañeros también han cambiado. Unos llevan mascarillas de arcoíris o con dibujos de colores pensando en sus alumnos; otros han aprendido a sonreír con la mirada. Y los más fuertes lloran por todos nosotros de impotencia ante tanta injusticia y falta de recursos. Pero tenemos algo en común: si de algo sabemos los maestros es de disfraces. En diez minutos empezará la clase y nuestro público espera impaciente… Nos pondremos nuestra larga capa con dos grandes bolsillos. En uno guardaremos lapiceros, tizas, gafas, tiritas… En el otro, los besos y abrazos que daremos a nuestros alumnos cuando esto pase. Suena el timbre. Empieza el show. Y qué hacemos con las malas palabras, pregunta el conserje. Las tiramos al contenedor de reciclaje: así podrán reutilizarlas quienes, cada año, hagamos lo que hagamos, nos critican.

Nerea Axpe González (Correo electrónico)

Nuevo XL Semanal
El nuevo XLSemanal

A partir de ahora consulta los nuevos contenidos en la web de tu periódico

Descúbrelos