Una lectora nos mandaba esta carta a la sección El bloc del cartero de ‘XLSemanal’
Comentaba hace unos días con mi madre que ojalá en cada familia, en cada rincón habitable, hubiese existido un relámpago de virus sintomático con su consiguiente riesgo, para que la latencia del miedo continuase viva durante las navidades para actuar en consecuencia. Ninguna deseaba ingresos hospitalarios, pero coincidíamos en que una de las cuestiones que no se han sabido resolver, pese a la sobreinformación en todos los canales, es la inoculación de un miedo responsable antes de que el virus penetre en las casas. En ningún momento nos referíamos al miedo que paraliza y crea ansiedad y que puede parecerse al que sufrió mi marido en la primera ola, al verme ingresada con neumonía. Ocho meses después el miedo se inicia en muchos casos de forma tardía, cuando alguien cercano tiene febrícula y da positivo. Mientras dure la pandemia, será mejor alcanzar nuestra particular cuota de miedo desde la prevención y recordar que todas las civilizaciones que se salvaron (léase El naufragio de las civilizaciones de Amin Maloouf) sufrieron sus particulares ‘miedos’. No es tan negativo tener… miedo.
Laura Garrido Barrera. Vitoria-Gasteiz
Por qué la he premiado… Por poner el dedo en la llaga que explica, posiblemente, tantas imprudencias.