Una lectora nos mandaba esta carta a la sección El bloc del cartero de ‘XLSemanal’
No conocí personalmente ni a David Beriain ni a Roberto Fraile. Tampoco seguí muy de cerca sus trabajos. Aunque el nombre de David no me resultaba tan desconocido como el de Roberto. Sin embargo, la noticia de sus muertes me ha provocado un gran impacto mezclado con indignación y tristeza. Es normal que la muerte de dos compatriotas, de dos personas jóvenes, produzca estos sentimientos. Y que, seguidamente, los ensalcemos. A pesar de que nunca hayamos visto, leído o escuchado nada firmado por ellos. También es normal que, con el paso del tiempo, vayamos dejando este tipo de acontecimientos en ‘la carpeta del olvido’ hasta que un día algo provoque que la recuperemos del fondo de nuestra memoria. Pero lo que los asesinatos de David y Roberto me han descubierto es lo que han significado sus vidas. Que dos personas arriesguen su pellejo por ‘algo’ que no sea enriquecerse, dominar lo ajeno o conseguir notoriedad es admirable. Ejemplar. Vivieron su profesión; al límite. No me interesa cuánto de periodismo había en ello o si ese ejercicio de la profesión vale más o menos que cubrir ruedas de prensa de partidos políticos. Me quedo con el ejemplo de mirar más allá del propio ombligo y de demostrarnos que es posible. Que puedes y debes seguir tu camino. Aquel en el que tú crees, aunque cometas errores, recibas críticas o avances en silencio. Me quedo con la generosidad de arriesgarse por contarlo. Gracias, David y Roberto.
María Carrera Cañas. Logroño (La Rioja)
Por qué la he premiado… Porque quienes ahí estuvieron se han ganado, al menos, el derecho a que los oigamos.