El salón
La obra Enjoy the new fragrance (Georgia O’Keeffe for Greed), de Francesco Vezzoli, y esculturas de los ochenta, de Pietro Scampini. A la derecha, el sofá años cincuenta tapizado con tela jacquard de Missoni Home.
En el agua y a cubierto
La zona de la piscina interior incluye un comedor con mesa de los años setenta y sillas de plástico y espejos de Fontana Arte en la pared.
Arte hasta en las esquinas
Sobre la cómoda de Piero Fornasetti de 1963 una obra del artista Brendan Fowler. Al fondo, sobre la pared, cuelga Joanna laughing, L’Hotel, Paris, de Nan Goldin (1999).
Color
La casa de Missoni es un espacio alegre y colorista que destaca por la combinación de objetos de mercadillo con obras de arte
Luces de neón
La sala de estar, situada en la planta baja, con una obra escrita en la pared de Tracey Emin, pintura de George Condo (a la izquierda) y sofá de los años cincuenta.
Rincón de lectura
Un pequeño espacio para la lectura, con la silla huevo con tela de colores de Arne Jacobsen’s.
Escalera de luz
«Tuve la idea de crear una escalera cerca de un gran lugar de acristalamiento», asegura Missoni.
Pequeñas reuniones
En un rincón del salón destacan una mesa del artista Jorge Pardo, sillas de una cafetería de los 50 y una pintura de Carla Accardi.
La cocina
«Nos encantan las vistas que hay desde este lugar, donde se puede cocinar con las montañas y el lago de fondo», asegura la diseñadora.
Para invitados
En la parte del dormitorio destinado a las visitas encontramos Pured an Mirrored-Glass, del artista Rob Wynne.
Mezcla de estilos
A Angela Missoni le encanta combinar objetos de mercadillo con piezas de arte moderno.
La casa de Angela Missoni, directora creativa de la firma de moda, es un refugio alegre y colorista rodeado de vegetación. Objetos de mercadillo y obras de arte conviven en su vivienda de Milán. Por Marzia Nicolini / Fotos: Fabrizio Cicconi
Es imposible resistirse al espíritu optimista que salpica el despliegue cromático de la casa habitada por la diseñadora italiana Angela Missoni. De hecho, parece más una segunda residencia. Quizá porque los enormes ventanales dan directamente a los árboles del jardín y a los prados cercanos o quizá porque el interior alberga una extensa colección de elementos inspirados en la naturaleza, donde se mezclan el diseño italiano y piezas heredadas.
La señora de la casa no necesita muchas presentaciones: es la directiva creativa del imperio Missoni, la compañía de moda italiana fundada en 1953 por sus padres Ottavio y Rosita, conocidos y admirados en todo el mundo por sus vistosos tejidos y prendas de punto. En 1997, la compañía pasó a ser dirigida por los tres hermanos (Angela, Vittorio y Lucia), pero, desde la muerte de Vittorio en 2013, Angela es quien lleva el timón, aunque sin dejar su trabajo como diseñadora.
Y es aquí, en su residencia ubicada junto al lago de Varese, al norte de Milán, donde Angela encontró su entorno ideal. Rodeada de recuerdos de la niñez, este es el lugar donde sus padres decidieron establecer la sede de la empresa. «Mi sueño era una casa con jardín y un montón de espacio, pero no quería construirla; lo que quería era encontrarla. Y entonces, hace unos cuatro años, mi mejor amiga vio el anuncio de esta casa por casualidad. Cuando entré en el gran jardín y vi su arquitectura moderna, supe que había encontrado el hogar de mis sueños».
Su colección de pájaros
Su amor por la naturaleza salta a la vista en todos los rincones de esta villa inundada de luz: hay plantas y flores distribuidos por todo el espacio y, en los últimos tiempos, Angela se ha aficionado a coleccionar objetos en forma de pájaro: «Me encanta hacer excursiones a los mercadillos, y los pájaros me interesan especialmente porque encajan en mi galería a la perfección».
Las piezas nuevas son obra de la española Patricia Urquiola o de Tom Dixon
La casa también es un reflejo del espíritu lúdico de la diseñadora que despliega su carácter en la elección de elementos decorativos basada en una combinación de pasiones y recuerdos personales y no en las tendencias del momento: «Cada uno de ellos tiene su propio secreto y su propia historia -afirma-. Aunque la arquitectura y el diseño me fascinan, lo cierto es que apenas tengo muebles nuevos. Salvo algunas excepciones, se trata de piezas que han vivido una larga existencia. Las nuevas se pueden contar con los dedos de una mano. Son obra de la diseñadora española Patricia Urquiola, quien comparte mi propia sensibilidad, y de Marcel Wanders y Tom Dixon». En la mejor tradición italiana, Angela es feliz en este entorno diseñado para tener siempre las puertas abiertas a su gran familia y a todos sus amigos.
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